Shrek.

Te amé tanto, como un cántaro que va a la fuente, y al final, se rompe.
Tanto que me espanto. Te pinto entre luces y sombras.
Te retrato, con muchos garabatos.
Eres mi musa, mimosa.


Yo te necesito, porque estoy huyendo del Gato con Botas.


Ese gato me maltrata. Es espadachín. Del uno al otro confín de Europa.
¡ Ven a socorrerme ! Lávame y plánchame la ropa.
Vamos juntos a cenar, a una posada.
Ven, junto a Shrek. Apuesta por el ogro.





¿ Y qué ? Si huelo mal, y me hospedo en las ramas de los árboles.


¿ Y qué ? Si los Trolls y los elfos, o los devas y las ninfas, me acompañan.
¿ Y qué ? Si mi burro sabe hablar, y se anima a ayudarme en cada aventura.
¿ Y qué ? Si el castillo del príncipe azul, para mí, no tiene suficiente estatura.
Me hago amigo del gato, porque tiene la voz de Antonio Banderas.


Me hago amigo del gato. ¡ Vamos ! Princesa de cuento.

 

Siempre una fèrtil inventiva y creatividad que pone a bailar y vuelve comunicativas a las letras.
Al final de los finales Shrek como cualquier ser viviente, tambièn tiene su corazoncito, la càscara es lo de menos, lo interior es lo que vale.
Grato pasra.
Mi saludo con afecto

 

jejej. ingeniosos esa metáfora del ogro Shrek...

saludos Nommo

 

Florecen tantos bellos la imaginación
que al cada aparecer de tus apuntes por eso te leo.

Muy genial y espacioso.

Fidel.

 

Gracias, compañeros. Todos tenemos derecho a vivir. Porque hay diversidad. Luego, el disfrute parece cosa de los agraciados. De los guapos. De los excelentes. Eso no me importa. Yo me cansé de tanto regocijo. Me gusta el ogro.