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Si yo digo amor

Tema en 'Prosa: Amor' comenzado por Ricardo López Castro, 1 de Noviembre de 2017. Respuestas: 0 | Visitas: 378

  1. Ricardo López Castro

    Ricardo López Castro Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    17 de Septiembre de 2017
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    Género:
    Hombre
    Ya habían transcurrido unos cuantos años desde el definitivo desengaño que había terminado por separar a Ricardo de Verónica, a Verónica de Ricardo, pero en éste no había ni una miguita de arrepentimiento.
    Él no se sentía egoísta ni dadivoso.
    Le había pedido muchas cosas, quizá peras al olmo, quizá ninguna de ellas valía por sí misma más que la propia persona, persona en quien había volcado todos sus sentimientos.
    Pero, ¿qué hubo de verdad en todo este flechazo?
    Ricardo las volvía locas, se decía.
    Algunos le dijeron que ella estaba jugando con él, otros que la estaba idolatrando e idealizando.
    ¿Qué coño es el amor?
    Como un niño al salir de la escuela, Ricardo desapareció poco a poco de la vida de Verónica.
    Sin aprender nada de nada.
    Muchas amistades y relaciones rompió en su tortuoso camino.
    Como si nada.
    Ya no sabia quién tenía la culpa de todo ese desfalco.
    ¿El amor no correspondido?
    ¿Le habían correspondido o no?
    En cualquier caso se quedó más solo que la una.
    Verónica era solo un espejismo.
    ¿Quién tiene la culpa de esa supuesta doble personalidad de Ricardo?
    La medicina, poco a poco, fue reformándolo.
    Pero, entregado o no, la lección que le entró por una oreja le salió por la otra.
    Por supuesto que sería capaz de amar a Verónica una y mil veces más.
    Así de gilipollas soy -qué digo...-.
    Lo he dado absolutamente todo, y el amor que sentí, ese profundo amor, no me facilita la labor, ni me la complica.
    Pero ahora sé que volvería a suceder lo mismo.
    Ella querría espacio, y yo, todo de ella.
    Y es que en el amor no se puede hilar fino.
    ¿Cómo puedo llegar a la conclusión de que nunca me amó?
    ¿Pasar página?
    Obsesión.
    Lo último que supe de ella, aparte de que no quería saber nada de mí, fue que empezó a salir con uno cuando yo más la necesitaba, cuando me hundía en la mierda más profunda.
    Ahí sí me dio a entender que me necesitaba a su lado.
    Tamaña hija de puta.
    ¿Quién tiene la culpa?
    El amor...
    Tamaño hijo de puta.
    Enhorabuena, Verónica, ¡encontraste la excusa perfecta!
     
    #1
    Última modificación: 1 de Noviembre de 2017

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