Siempre estaré para ti.

Si al caer la noche, derrotados caen mis sueños.

Si en la batalla mis sentidos se desvanecen tras las brumas.

En ese momento amiga mía, sabrás que debo marchar.

Lejos de las miradas furtivas, de tus caricias casuales.
Ese será el final marcado para nosotros.

Espero que siempre recuerdes, que cuando una lágrima recorra tus mejillas,
sólo has de nombrarme, y presto llegaré a consolarte.

En los momentos alegres, compañeros de amorio siempre tendrás,
más cuando vengan tiempos más oscuros, que vendrán,
sabes que a mí siempre me tendrás a tu lado.

Pero ahora,
debo marchar.

Lejos de las miradas cautivas, de tus caricias infames.

Adiós siempre fue una palabra umbría, llana, solitaria.

Prefiero decir,
hasta siempre y que sea el destino caprichoso y desconocido, el que decida en la ruleta de la suerte, si algún día, en algún momento y en otro lugar,
mi mirada, tu mirada y nuestra sed,
se volverán a ver.

En la profundidad de la gruta más oscura y fría, yacerán los sentimientos que en esta vida no pudieron vivir,
pues tú y yo,
sólo pudimos huir hacia adelante.

Y pasó una vida o dos o tres, no lo sé.

Y lloré.
Océanos de amor.
Por ti.
Por mi.
Por los dos.

 

En la profundidad de la gruta más oscura y fría, yacerán los sentimientos que en esta vida no pudieron vivir,

Y pasó una vida o dos o tres, no lo sé.

Y lloré.
Océanos de amor.
Por ti.
Por mi.
Por los dos.

Gran placer la lectura, saludos y buen día El escritor del lago.

 

Un río de sentimientos puros ese poema ....como una mano que se posa sobre otra mano diciéndolo todo.
Me encantaron tus versos amigo poeta y te mando mi amistad poética Amarilys