Siempre supe que eras Tú

Cuatro meses después que
naciera te fuiste para no volver.

Siempre estuviste conmigo
en casa se asombraban cuando
en la cuna me dejaban
y en el piso me encontraban de apenas
cinco meses
retozaba con alguien que solo
yo veía pero nadie sabía.

A la edad de mi niñez en tu casa
me quedaba, acompañando así
a tu amada que con cariño me
cuidaba.

Cuando solo dormía en el otro
cuarto apagaba la luz
la mecedora siempre iniciaba su vaivén
y en tu vigilia te miraba.

Gracias Abuelo porque nunca me
abandonaste y se que tu luz
sacrificaste para estar pendiente de mí.

Se que con mis letras no
expresare el milagro que fue
el poder saber lo que vi
y aunque nunca jamás lo dije
aprovecho la oportunidad
para poder decir que tranquilo
puedes estar que de mi no
tendrás pesar.

Como cualquier mortal es seguro
que me equivocare pero de
ti aprendí que es de sabios corregir.

Si algún día alguien ajeno lee
este poema no preguntar le
pido, que suficiente es
que sepan lo que implican
estas letras.

No me importa que comprendan
solo son las letras que el pasar
de una vida refleja. ​