Sigo dando color a cielos grises

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Siempre necesité de fantasía,
desde mi infancia gris busqué el color.
para dejarte atrás, melancolía,
mis alas inventé contra el dolor

Sobre el azul del mar fui la gaviota
que siguiendo la ruta de un velero,
vio en la faz del marino la derrota
de quien es del destino prisionero.

En la arena del mar dejé mis huellas
que, indiferentes, borraran las olas
No las puedo culpar ¿Qué saben ellas,
del triunfo que es hallarse, estando a solas?

Sigo dando color a cielos grises
a pesar de mis muchas cicatrices.​

 

Estimado Sergio, qué cosa mas bellas dices, gracias.
Un abrazo grande.
Isabel

 

Hola, Ángel, gracias por acercarte a leer, por tu tiempo y tu generoso comentario.
Saludos cordiales.
Isabel

 

Luciana, gracias por tu huella generosa en este rincón.
Un abrazo
Isabel

 

Amadeo...qué suerte tengo siempre, con esa mirada de luz y esa huella generosa que dejas en mis poemas. Que cosas más hermosas dices, gracia por el estímulo que me brindas.
Si, creo que a pesar de todas esas perdidas de vidas completas, de casas, plantaciones, y esa angustia que parece no tener fin, sabemos que saldrán adelante, con esa paciencia y tenacidad, envidiable, del Palmero.
Los canarios sabemos aclimatarnos a lo que nos viene y crear lugares maravillosos como Harías, en Lanzarote, todo una obra artesanal para proteger a la uva. Ojalá sea como dices y esto no se alargue.
Un fuerte abrazo.
Isabel

 

Sí, querida Isabel, la vida es como un librito de mandalas: solo hay que abrirlo y ponerse a pintarlo a nuestro antojo. Colorista soneto. Un saludo. Luis

 

Querido Luis, así es, de eso se trata, de dar color a los grises que quieren instalarse para siempre y hay días que lo consiguen.
Gracia por acercarte a leer y dejar tu huella.
Felices fiestas.
Un saludo
Isabel