Silencios De Noche

Sólo recordarte me hace confirmar que te he perdido; mientras te buscaba entre tulipanes rojos y orquídeas de verde color contemplé un rostro cubierto de belleza, no era el tuyo.

Son las 7:50 y no has llegado, puedo esperar sentado hasta que ya no decidas volver, caminar entre la lluvia y abrazarte para no sentir que mi sombra me persigue y que el frío recorre mi equilibrio, estás tan cerca que puedo verte llegar.

Tus piernas cansadas me obligan a cargar tu ausencia, y la mayor parte de mi agenda tiene citas donde aparece tu nombre; mañana es domingo, ya no pienso coincidir una vez más contigo.

Ayer te extrañé, hoy no tuve tiempo de hacerlo, pero no te preocupes, creo que mi reloj avanza más lento que algunos otros que se encuentran a tu lado.

Te consolé cuando me juraste haber dejado de amarme y el vino fue insuficiente para tirarte de mi cama y vomitar tu recuerdo, convénceme para ya no tener que escuchar tu voz mientras la sueño.

El pánico de la noche jugaba con el cielo, le cambiaba el color, variaba sus figuras y le hacía carecer de emoción, era tu mirada quien provocaba tal ilusión.

¡Bienvenida!, ahora que ya me has terminado de olvidar puedo tocar tu nariz, puedo amarte aún más o desvelarme intentando encontrar alguna frase para decírtelo, es malo saber que la búsqueda termina siempre en fracaso.

Dos, cinco, o quizá diez segundos tardo en borrarte las heridas del corazón; ¡no!, no me llames cuando estés pensando en mí, eso cualquiera lo haría.

Volé en paracaídas para alcanzar a estar a tu lado, me recibiste con algo de enojo por no llegar a ver el atardecer y me pediste ya no volver, ¡Qué lástima!, me hubiera gustado contar para ti las estrellas y estar juntos hasta que el sol pidiera un poco de atención.

Tantas ventanas cerradas impiden que mis pulmones se contaminen de oxígeno, tu aire es algo que ya se ha ido, quisiera que tu sonrisa se quedara congelada y vivir en ese cuento que siempre imaginé.

No me ames tanto, recuerda guardar algo para el siguiente que no tenga más que ojos y deseos de admirarte; ¡Y es cierto, Eres Preciosa!, pero soy tan banal que prefiero concentrar mi atención en alguien mejor, mientras tanto, alimenta a tus manos que no se cansan de llorar y de esperar a ése que ahora ya vivió, ya escribió, y sobre todo, que ya conoce el número exacto de luces brillantes en esa manta negra de arriba, y de la cual ya alguna vez, renegó “tu amor”.​

 

"soy Feliz Porque No He Encontrado Una Mejor Manera De Seguir Viviendo"

 

terminó, lo siento, pero estoy mejor

 

y recuerda no amarme tanto