Sin ellos.

Los colores están regados por el suelo
y una venganza partida
acaba de ocultar todos los pensamientos para los chiquillos.
No se puede colorear con los colores sin niños,
porque ellos son de lapicitos
y sus lapicitos los reclaman a ellos.

Nadie los recoge.
Son tristes los tiempos sin ellos en la sala,
en el patio,
en el alma.
Los colores regados en el piso, como niños,
nadie los acoge.

Amamos los gritos y las añoranzas
¿Qué hay en sus mentes pequeñas
cuando no tienen sus colores?
¿Qué hay del papel sin su niño
y los colores sin sus hijos?
Sin ellos,
no hay nada para colorear.

 

Son el arcoiris de la lluvia y el sol. Es muy tierno este poema. Felicidades,

Palmira

 

Claridad grato felicitarte por tu ternura al escribir.

Saludos,

 

gracias doña palmira por sus palabras...........y tiene toda la razón........................abrazos.........Clari

 

don rogelio.......usted siempre tan generoso conmigo en sus comentarios............gracias.................besotes..............Clari..........