Sin titulo

Yo no vivo entre criaturas de ensueño
ni entre besos de cristal o abismos de dulzura;
tampoco entre noches azul eléctrico o entre nubes de ternura.
Yo no vivo entre suspiros de mentol ni sentimientos de colores,
no vivo al borde de un sueño, ni ardiendo a media luz entre las sombras
o flotando entre la luna.
Yo no vivo entre cuentos de hadas
ni entre bosques transparentes ni en oasis de tisú;
tampoco entre océanos de algodón ni entre burbujas de fantasía.
No vivo entre jardines de alelíes, de azucenas o de rosas
ni en palacios de reyes ni en ciudades glamurosas…
yo vivo enfermo con el corazón por fuera,
vacío; entre miradas vacías, mentes desiertas y cuerpos que de a poco se secan.
Yo vivo entre anoréxicos del alma y anoréxicos del cuerpo;
muertos que ganan millones por mostrar sus huesos en paños menores por la pasarela.
Vivo entre monstruos que van de mierda hasta el cuello,
que gimotean sobre su dinero, que disimulan su hedor a basura
y ocultan su inmundicia tras el disfraz de la cordura,
vivo entre putos vestidos de mujer y maquillados de suciedad,
que van mostrando sus miserias y que afean mi paisaje,
entre ellos vivo; silencioso por el hastió, mirándolos tocarse como enfermos,
haciéndose los ofendidos, acostumbrándome a ellos;
a los nuevos perros de mi hermosa ciudad.
Vivo entre calles repletas de rameras, entre coladeras que apestan a sexo,
entre tetas al aire y culos fáciles; algunas veces adornados
con tacones monstruosos o bikinis diminutos,
aquí vivo, en el eterno burdel de la vida, caminando entre carne y amor fingido;
ahogándome entre mares de alcohol y drogas de juguete;
flotando entre sangre, corrupción y libertinaje,
viviendo de limosnas y caridad de mis gobernantes,
arrastrándome como alimaña entre la mugre.
Vivo entre la generación de los pendejos; muchachos que piensan con el pene
y niñas que arden de pasiones entre las piernas,
vivo entre cadáveres inocentes y magnates sin sentimientos,
entre vulgaridad y materialismo.
Vivo entre miseria y depravación, entre esclavitud y necesidad,
caminando en un mundo tan ilógico y natural, en el que nadie dice nada,
donde todos van cegados, donde no existen los limites.
Yo vivo aquí; bajo tus universos de ilusión, entre tus noches de ficción,
bajo tu mundo imaginado, entre tus besos de color y tus estrellas de jaspe,
aquí, bajo la bruma azul de tus espejismos y la opresión de tus engaños.
Yo vivo azotado bajo el látigo de tu ingenuidad y aplastado bajo la invención de tus delirios…
Yo vivo en la realidad.