sin titulo

Y ahora pienso en ti,
en mi, en nosotros,
en todo ese tiempo
que se escurrió
entre nuestras manos,
ese tiempo soñado,
ideado, un plan
que nunca se llevo a cabo.
Somos los restos de un sueño
que proclama su dueño
deseando ser reconstruido
y salvado, pero solo somos
el eco de un corazón fatigado
y desconfiado que late
al ritmo acelerado de nuestro tiempo.
Nuestros ojos se buscan
desenfrenadamente entre las
risas de nuestros amigos
hasta que se encuentran y se dieten
se miran con un sutil deseo,
deseo que poco a poco se va enredando
en los hilos profundos de nuestras almas,
pero jamás nació la palabra,
quizás sea por que murió antes de nacer.
Solo creció en nosotros un gran silencio
que se hace eterno sobre nuestros cuerpos
paralizados mientras que las risas
y los gritos se pierden y se funden
en nuestro silencio, es ahí cuando
quedamos solos entre la multitud
pero jamás nos dijimos nada
y tal jamás nos digamos algo,
quizás sea que a veces es conveniente
hacer silencio dejar que el grito haga eco
solo en nuestro cuerpo. ​