Sin un sólo navegante

Sin un sólo navegante

Ojalá fueses, te digo,
Antiquísima prostituta
Y tu moderno vestido
Que el deseo preservare, tu sonrisa;

Ahí donde tú caminas
Y tus tacones pisan;
Ahí donde las palabras reverberan
El sonido que ellos emanan

Después tropieza, el mismo deseo,
Dónde estás allá ausente

Me consumo demente
En un punto que no es el mío,
Ni tuyo ni de alguien: “me”, ex-tasia;

Justo acá en el asidero
De tu cintura vinculante
De contornos esbeltos
De aquella nube estrafalaria
De mármol
De absoluto "de"

Cuan unos labios empeñados
A babear, moldear la boca:
Somos mármol intangible
Del puro devenir encarnados

Ojalá estuviese contigo
Sin monedas y en un punto
Sin espacio,
Sin ser reconocido
Sin agravio,
Sin, pero, una coma.

¡Modesta espalda!
Plétora de miradas enajenantes,
¡Por supuesto mías!
Que resbalan incesantes
Por estuarios de la espina dorsal: ahí
donde "todos los rios llevan a tu cintura,
pero sin un sólo navegante" ¡insiste!

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