Singularidad espacio-temporal.

Es duro ponerte las pilas.
Y lo sé, por experiencia propia.
Me regeneré y puedo regenerarte,
joya del Nilo.


Pero tanto el Bien como el Amor,





se proponen, pero no se imponen.
Luego por tanto, habrás de esperar,
a estar convencida.
¡ Se acabaron los forcejeos y las sacudidas !


Cupido falló con su flecha.


No fue su intención disparar, por estas fechas.
Le invité a acertar, en el centro de la diana.
Lo que él no sabía, es que movilizaría
todos sus círculos concéntricos, a tu ventana.


Rompió el cristal, en mil pedazos.


Y es por ello que hoy, ya no hay besos,
ni abrazos.
Todo parece el juego de un gamberro.
Como las tardes negras, de Tiziano Ferro.


Sin Tiempo, ni espacio.