sirena

Habrá quien no crea
pero mientras vagaba junto a la mar
mantenía la mirada atenta hacia una roca,
con la ilusión de que, en esta extraño clima,
pudiera pillar secándose, por fin, a una sirena.

No podrán estar
del todo de acuerdo pero fui
con el bronceador, un poema pisceseano,
el pelo aplastado, gafas y en canto porque
oí que es en primavera cuando se aparecen.

Con algo de desespero esperé
pero al final la bella no apareció,
aunque sí la lluvia y mojado terminé.

Fidel Guerra. Marzo 23, 2022.

 

Estimado Marcos,
si, decepcionado pero a la vez sabía
que la suerte de conocerla era remota.
Asi, seguido vagaré más y más al oeste
o mar Pacifico pero lejos de aquella roca.

En si, mi afán
por conocerla era por averiguar si tenia
o no párpados y para nada con sus tetas.
La sirenita se dio por un simple tanque
de 75 litros que tengo y fe que los peces
son graciosos, atractivos y, por demás,
porque duermen con ojos pelados,
a lo más difíciles de sorprender.
Sin duda, cuando más joven
las tetas me hacían perder
la mesura, pero ya no,
checked out,
no má.

Gracias por tu visita en esta fantasiosa o cristalina forma de mis poemas.​

Fidel Guerra.​

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