Sobre estepas de sangre-.

Con ese puro estremecimiento

de las hojas del cristal. Intrusa

y temblorosa, la cúpula se agrieta

y cae, desalojando a su paso,

lastimeras sombras que ocuparon su espacio

intermitente. Los ojos se diluyen

en un lupanar de inciertas formas calenturientas,

un remoto retortijón que invade de suaves fragancias

el ínclito titubeo de un aguijón defenestrado.

Las motrices fuerzas repercuten invariablemente,

sobre manchas carcomidas de labios intercalados.

Se enumeran paisajes; come la mano del invicto

sobre el redondel de la mano del pobre. Vacío

por vacío, desmentidos y anulados, la rotación

del crepúsculo, redunda en sacrificios.

Y yo caigo, escritura o fusil, sobre estepas

de sangre.

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