Sobremesa

En la cena familiar veo caras conocidas;
igual que siempre,
con caras aburridas.

Se detiene el silencio que sofoca,
quiere contar la anécdota chistosa.
¿Esperanza de una aventura?
Resultó ser aquel cuento:
"del deportista
borracho y su pretexto";

Otra persona agarra senda inercia,
maravillada por esta convivencia.
¿Esperanza de una aventura?
Resultó ser aquel suceso:
"de que muy pronto
se acerca el frío invierno".

Sentados en obligatoriedad.
Dispongamos alegría al tragar;
persistente es la incomodidad;
no pretendamos tener que hablar.

La vista perdida por cuello flojo,
clavada mirada en plato fondo.

Por ahí emerge reconocible voz,
cortando silencio como filada hoz.
¿Esperanza de una aventura?
Fue el aburrido cuento:
"sobre las nada
creíbles gracias del perro".

¿Que espero con veintiuno?
nunca intente arriesgarlo;
lo que me depara el futuro,
por la ironía soy juzgado.

La cena es en pasado.
Mejor, en el próximo caso
¿Si mejor nos ausentamos?
​

 

Derm y ¿Por qué el que se siente tan terriblemente aburrido no hace nada por cambiar ese tedio de comida en un feliz y alegre evento? A veces la necesidad de estar con la familia suple todo lo demás y se disfruta de la comida tanto en silencio como escuchando o hablando.
Grata lectura, saludos.

 

Un buen poema. Un placer pasar y disfrutar de tu poesía.
Un abrazo fraterno poeta.