Sobreviviéndome

La búsqueda de los espacios retraídos de la incoherencia, delimitarán las interconexiones sublimes que se hayan alistado para la creación.

El orden de la imaginación esmaltará con esplendidez a la osadía y se encomendará en la mentira diaria. Con afán de sepultar las miserias, se ocupará de los fantasmas presos en mi mente y éstos emergerán para oxigenarse en la angustia.

Las manos se entrecruzan buscando venganza y una tersa imagen moral, detiene el tiempo.

Se relaja la mitad de mi mente y la otra mitad, busca en sus sentidos, un poco de calma.

Paralizando cada articulación, mis recuerdos vuelven sutilmente a infectarme de realidad y pretenden que amortice el golpe con saciedad brutal.

La concepción de una confusa glutinosidad, intenta advertirme…

Pretendo dilucidar cada viaje a la mezquindad y aunque me deslice entre los vértices de las cuestiones, seré intrascendente.

Llegaré a verme con siniestra gratuidad, en la más cínica escena incoherente.

Sobreviviéndome.

Asediado por la materia y la frivolidad.

No hay salida.

La absorción se coagula y libera espacios indeterminados, sitiando el absurdo moderadamente. Desde mi interior, gobierna la novelería barbárica que se retrae insomne, y ante la demencia que muta en ficción, versifica su espanto virtual.

Me hundo en la frivolidad de mi brazo adormecido, mitralizando la sanguinidad.

La noche ha escapado de mi mente y volará hacia la oscuridad de las almas, en busca de experiencias insensibles.

En tanto el viento abrigue una sutil deselección de fríos neologismos enigmáticos, la ira tejerá su encanto numerario, generando una sonrisa lacerada.