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Sociedad Canibal. Capítulo 10.

Tema en 'Relatos extensos (novelas...)' comenzado por Kwisatz, 6 de Febrero de 2022. Respuestas: 0 | Visitas: 295

  1. Kwisatz

    Kwisatz Poeta recién llegado

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    CAPÍTULO 10​


    El sol ya empezaba a despuntar de nuevo en el horizonte cuando el viejo se detuvo. Habían caminado por lo menos dos horas en la oscuridad y ahora se encontraban en lo que parecía un vertedero de chatarra abandonado.

    - Bueno pues parece que ya hemos llegado y sin ningún incidente reseñable-se notaba cierto alivio en la voz- Por cierto, creo que aún no nos hemos presentado. Podéis llamarme Mike ¿y vosotros?
    - Luke.
    - Jane.
    - Fantástico. Ahora tenéis dos opciones: largaros ya mismo o quedaros y disfrutar de nuestra hospitalidad. A cuenta de vuestras vidas, claro. Una vez que entréis en el laberinto de túneles no podréis salir vivos de nuevo a no ser que os ganéis nuestra confianza.
    - ¿Y qué otra opción nos queda? ¿Marcharnos para morir un poco más allá?

    Jane asintió.
    Mike los miró cuidadosamente, como si ponderara cuidadosamente las consecuencias de la decisión que estaba a punto de tomar.

    - Seguidme pues.

    Caminaron entre las pilas de desperdicios hasta que llegaron a una en concreto en la que se vislumbraba una ranura a ras de suelo. Mike se tumbó boca bajo en el suelo y reptó a través de ella. Luke y Jane lo imitaron.
    Dentro había prácticamente oscuridad total excepto por la escasa luz que entraba a través de la ranura.
    Escucharon el deslizar de una pieza metálica y a continuación la voz de Mike instándolos a bajar por unas escalerillas metálicas ancladas a la pared de un agujero en el suelo.
    Una vez descendidos Mike procedió a sellar de nuevo la entrada. La oscuridad era total y el aire allá bajo era húmedo y estaba algo viciado. Sin embargo Mike parecía conocer como la palma de su mano esos túneles y los guiaba con su voz. A pesar de ello Luke tropezó dos veces y Jane estuvo a punto de hacerlo una.
    Al cabo de unos minutos empezaron a vislumbrar una luz débil al final de un corredor que acababa en una puerta metálica.
    Al cruzar la puerta entraron a un espacio más iluminado poblado por más gente. Niños y mujeres mayormente y algún hombre adulto de edad avanzaba.

    - Bienvenidos a nuestra colonia.
    - Esto...parece muy lúgubre.
    - Al menos es seguro...de momento.
    - Apenas se aprecian hombres jóvenes.
    - La mayoría han sido apresados por la banda de ese hijo de puta de Ed y vendidos a las ciudades como esclavos o quizá algo peor.
    - Pero ¿Cómo pueden hacer eso?... ¿Son seres humanos no?
    - Pues claro hijo, todos somos seres humanos. Hasta los comebichos. Sólo que tus amigos de la ciudad no piensan igual.
    - Pero yo creía que sólo los homínidos...

    De pronto Mike se puso a gritar furioso

    - ¡¿Los homínidos?! ¡¿Los homínidos?! ¡Los homínidos....! Yo te diré qué son los homínidos....Los homínidos son el mayor pecado jamás cometido por la humanidad.
    - Pero los Guardianes de la Ciudad nos enseñaron desde pequeño que en realidad es una especie distinta de la nuestra, solo parecida a nosotros físicamente, pero carente de alma y con un intelecto similar al de los antiguos simios, en el mejor de los casos.
    - ¿Esa es la mierda de propaganda que os cuentan? ¡Vamos chico! ¿Es que nunca los miras a los ojos? ¿Nunca te ha asaltado la duda?
    - Yo, bueno... algo sí que he pensado, pero...
    - Mira muchacho, los homínidos son tan humanos, como tú y como yo. Lo que pasa es que son engendrados en plantas de cría, y durante el desarrollo fetal se administran sustancias que afectan al normal desarrollo del sistema nervioso.
    - Pero eso, ¡eso es atroz!
    - Lo es. Según tengo entendido después de la Gran Guerra sobrevino una Gran Carestía. Los campos y los ganados habían perecido. La tierra estaba yerma e incultivable. Y lo único que sobraba todavía eran humanos. En algún momento se comenzó a practicar el canibalismo. Primero furtivamente... Después abiertamente. Y a alguien se le ocurrió la espeluznante idea de justificarlo inventando la doctrina del homínido. Trazaron una línea arbitraria, y los pobres desgraciados que quedaron en el lado equivocado perdieron su humanidad de golpe, se convirtieron en animales. El hombre finalmente se convirtió en el sustento de otros hombres. Y más tarde en el reemplazo de las máquinas de antaño, e incluso en mascotas... Todo para recrear esa pervertida imagen de sociedad civilizada que pretenden mostrar. ¡Malditos sean hasta el fin de los tiempos esos salvajes!

    Un ominoso silencio se hizo alrededor, sólo se oía débil el llanto de algún niño en alguno de los corredores subterráneos. Todos los estaban mirando.
    Quizá fuera la imaginación de Luke, pero creyó ver en sus miradas una acusación que lo hizo sentir más incómodo de lo que se había sentido nunca.
    Pero fue cuando vio llorar queda y desconsoladamente a Jane cuando una terrible angustia se apoderó de pronto de él.
    Intentó abrazarla, pero ella le rehuyó. Mike lo miraba todo con una mirada cansada y vidriosa que lo hacía parecer aún más mayor.
    Finalmente fue Mike quien reaccionó y rompió el tenso silencio.

    - Será mejor que me acompañéis a mis aposentos. Allí podremos hablar más tranquilamente.

    Luke comenzó a andar detrás de Mike, pero al comprobar que Jane no reaccionaba se aproximó a ella y suavemente le pasó un brazo por la espalda para guiarla consigo. Esta vez no lo rechazó. En realidad más bien parecía ausente.
    Caminaron a través de varios corredores con reducidos apartaderos a los lados cuya intimidad era protegida por raídas cortinas en diversos estados de conservación. De soslayo, Luke pudo ver alguna de estas precarias habitaciones. Los más afortunados se habían podido agenciar alguna colchoneta o colchón en un estado aceptable, pero abundaban los montones de harapos como improvisados lechos. Alguna pieza de mobiliario completaba el miserable conjunto junto a un candil de gas cuyo uso, imaginó Luke, era de lo más limitado. La impresión que daba todo aquello era más parecida a un calabozo que a un túnel de viviendas. Pese a estar acostumbrado a carecer de muchas cosas, Luke no pudo dejar de sentir cierta compasión por el modo de vivir de aquella pobre gente.

    Tras un par de revueltas llegaron a uno apartadero en particular en el que Mike se detuvo y haciendo un gesto con el brazo los invitó a entrar.

    - Os doy la bienvenida a mi humilde hogar
     
    #1

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