1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Sociedad Canibal. Capítulo 18.

Tema en 'Relatos extensos (novelas...)' comenzado por Kwisatz, 6 de Marzo de 2022. Respuestas: 1 | Visitas: 321

  1. Kwisatz

    Kwisatz Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    27 de Septiembre de 2007
    Mensajes:
    281
    Me gusta recibidos:
    149
    CAPÍTULO 18​


    Las primeras luces del día se filtraron en la cavidad rocosa donde Luke y Jane se ocultaban.
    Bostezando y con las extremidades entumecidas por haber dormido, o al menos haberlo intentado, directamente sobre el irregular suelo, Luke se desperezó lánguidamente y de inmediato posó su mirada en Jane que aún parecía dormida.
    El sueño dulcificaba su rostro y le permitía admirar sus hermosas y largas pestañas. Se habría pasado hasta el fin de los días contemplándola. Por desgracia al poco tiempo el ominoso rugir de un motor lejano lo devolvió a la realidad.
    Y la realidad era que estaban siendo perseguidos por una manada de implacables asesinos, que al parecer, disponían de vehículos motorizados para darles caza.
    El ruido del motor se fue haciendo progresivamente más audible hasta que acabó despertando a Jane, que se incorporó alarmada y respirando entrecortadamente debido al miedo.
    Luke instintivamente la estrechó entre sus brazos y susurró en su oído palabras que intentaban ser tranquilizadoras.
    Ella por su parte buscó su mano y la apretó con fuerza.
    Durante unos eternos minutos escucharon inmóviles y en silencio sepulcral el deambular de las motos, algunas veces pasando muy cerca de su escondite.
    La fortuna fue benévola de nuevo con ellos, y finalmente escucharon el ruido de los vehículos alejarse.
    Cuando creyeron estar a solas de nuevo discutieron la situación

    - No deben estar lejos de aquí, y tienen motos… Deberíamos huir de aquí ahora mismo. Es sólo cuestión de tiempo que nos encuentren –urgió Jane

    Luke se quedó pensativo ante la atenta mirada de ella

    - No –Resolvió finalmente- Eso es lo que quieren, asustarnos y hacernos huir. Si salimos a plena luz del día seremos fácilmente localizables. Debemos conservar la sangre fría y no movernos de aquí hasta que caiga la noche.
    - ¿Estás sugiriendo que nos quedemos aquí sabiendo que están tan cerca?
    - Sí.
    - Debes haberte vuelto loco.
    - Quizá, pero antes escucha lo que tengo que decir. Ellos no saben dónde estamos ni a dónde nos dirigimos, y esa es nuestra mayor baza por ahora. Si intentamos huir a plena luz del día es muy posible que acaben detectándonos y entonces seremos presa fácil para las motos. Lo mejor es que avancemos sigilosamente durante la noche y nos escondamos lo mejor posible antes de la llegada del día. Aunque eso signifique tenerlos siempre pegados a nuestros talones…

    Jane se quedó mirándolo un buen rato pensativa. Más dueña de sí misma, reflexionó sobre la estrategia propuesta por Luke y concluyó que, aunque arriesgada, era la mejor opción por el momento. Así que accedió resignada.
    En cualquier caso había algo en él que le transmitía confianza. De algún modo percibía que aunque hubiesen tomado la decisión incorrecta, él nunca la abandonaría a su suerte.
    El día transcurrió lentamente en una tensa calma. Al principio el miedo a ser oídos les inhibía hablar, pero el transcurso de las horas y la ausencia de novedades acabaron animando a Luke a intentar entablar conversación con Jane

    -Esta espera me está matando
    - A mi también, pero es mejor que no hablemos.
    - Si hablamos en voz baja no creo que puedan oírnos
    - Es posible. Pero ¿de qué se supone que tendríamos que hablar?
    - No sé… de ti por ejemplo.
    - ¿De mi? – una sonrisa incrédula y descreída amagó en los labios de Jane.
    - Sí, ¿por qué no? Apenas sé nada de ti, ni de tu vida pasada.
    - ¿Y por qué debería interesarte? Es más ¿Por qué debería yo contarte nada?
    - Quizá porque… eres la persona que más me importa en este mundo.

    La respuesta desconcertó completamente a Jane. Nunca se había sentido importante ni valiosa como persona para nadie. Siempre había sido tratada como una posesión. A lo sumo como un objeto valioso. Pero nunca como un ser humano. Y eso la conmovía profundamente.
    Era como el despertar de una pesadilla en la que había vivido inmersa desde que tenía uso de razón. Una pesadilla en la cual su humanidad había sido negada sistemáticamente por otros semejantes a ella que la trataban como un ser inferior y la sometían a todo tipo de abusos. Algo que nunca llegó a comprender y a aceptar. La confirmación de que nunca estuvo loca.

    - Y qué… ¿Qué querrías saber sobre mí?- Consiguió responder con un nudo en la garganta a punto de hacerla llorar.
    - Cómo…Cómo fue tu infancia, por ejemplo. No sé cómo decir esto si herir tus sentimientos, pero yo he conocido… muchos seres humanos criados como homínidos… y nunca… nunca había encontrado ninguno tan lúcido como tú. La forma en cómo te expresas, tu inteligencia, es… tan distinta de lo que he visto.

    Un tenso silencio siguió a las palabras de Luke, que se maldecía por haber sido tan bocazas. Estaba seguro qué Jane no le volvería a dirigir la palabra. Sin embargo…

    - Sé a lo que te refieres. Yo también notaba esas diferencias muy a mi pesar. De algún modo tenía la noción de que era única. Los procedimientos que otros niños aprendían al cabo de días de repeticiones en la fábrica yo los aprendía en apenas unos pocos minutos de práctica. La forma en que se expresaban mis compañeros era tan… rudimentaria. Pero pronto me di cuenta de que no era buena idea destacar.
    - ¿Por qué? Si hubieran sabido que tenías plenas capacidades es posible que…
    - Me habrían tratado como un producto defectuoso. Aún no lo entiendes, ¿verdad? Una vez has sido catalogada como homínida nunca dejas de serlo. Todas esas majaderías sobre la naturaleza subhumana de los homínidos es pura propaganda. Yo vi lo que le pasó a otro como yo que reclamó su humanidad ante los instructores. Fue eliminado en el acto por los guardias.
    - Pero…
    - Una amenaza. ¿Qué crees que pensarían el resto de ciudadanos si de repente apareciera un homínido inteligente reclamando ser tratado como un igual?
    - Debió ser…traumático.
    - Lo fue. Estaba muerta de miedo ¿sabes? Me esforcé todo lo que pude para parecerme al resto de compañeros. Pero intuía las sospechas que mis instructores tenían sobre mí. Todas las noches cuando nos enviaban a dormir a aquellas salas plagadas de colchonetas mugrientas que apestaban a heces y orina me preguntaba si sería el próximo día cuando finalmente se dieran cuenta de mi anomalía y decidieran eliminarme.
    - Yo… no… -Luke no encontraba las palabras. Nunca se había sentido tan mal consigo mismo. Por haber formado parte de aquella monstruosidad. Pero Jane continuó sin prestarle atención. Era como si hubiese abierto la caja de Pandora.
    - Sentía una enorme lástima por mis compañeros. Veía sus caras tristes a pesar de no ser plenamente conscientes de lo que allí sucedía. Pero aun así era incapaz de sentirme uno de ellos. Eran como… no sé como describirlos…puro instinto. Ocasionalmente actuaban con ternura, pero otras veces… se peleaban brutalmente por la comida. Era desconcertante. Sentía que no había un lugar en este mundo para mí.
    Alguna vez pensé en poner fin a todo… Pero nunca lo hice porque sentía que era una rendición. Siempre albergué la remota esperanza de que algún día podría contribuir a poner fin a todo aquello.
    Pero el tiempo pasó y nada cambió. Y yo crecí y noté cambios en cómo me miraban los instructores. Y cómo algunos de ellos, furtivamente buscaban el contacto físico con cualquier escusa. Yo no comprendía lo que pasaba…

    De pronto el ceño de Jane se frunció y su mirada se cargó de odio

    - Hasta que aquel malnacido de Harold Baker me asaltó una noche y me… me violó. Él y otros de sus compañeros.
    Yo estaba muerta de miedo y llena de rabia por sentirme tan impotente. Me atormentaba la idea de que alguno de esos malnacidos pudiera dejarme embarazada, como desgraciadamente les había ocurrido a otras compañeras mías antes. Era un secreto a voces que las embarazadas siempre desaparecían para no volver nunca.
    Los abusos no cesaban y yo estaba a punto de llegar a mi límite cuando coincidió que Frank Hammond vino a visitar la fábrica.
    Yo estaba sumergida en el limbo de mi rutina diaria cuando él pasó por mi puesto de trabajo y se quedó observándome.
    Después vi de soslayo como se llevaba aparte a aquel cabrón de Harold y hablaba con él.
    Desde aquel día no volvieron a tocarme y yo me sentí aliviada porque me creía a salvo.
    ¡Cómo me equivocaba!
    Poco tiempo después, al finalizar la jornada de trabajo unos guardias me separaron del grupo y me condujeron a una sala que nunca antes había visitado. Me ordenaron que me desnudara y que me situase debajo de un aparato por donde salía agua caliente. Luego me lanzaron un objeto llamado esponja y me indicaron que me frotara con ella por todo el cuerpo.
    Estaba asustada, pero reconozco que en aquel momento el calor del agua y la suavidad de la esponja me hicieron sentir una sensación de confort como jamás la había experimentado antes.
    Cuando consideraron que estaba lo suficientemente limpia me dieron un trozo de tela limpia para que me secara y a continuación me ordenaron que me pusiera un vestido que habían traído expresamente para mí.
    Nunca había sospechado que algo tan bonito y delicado pudiera existir. Tan liviano, tan suave, tan limpio….Blanco… Vaporoso… contrastando con la tez tostada de mi piel.
    No entendía nada… pero estaba encantada. Creía que vivía en un sueño.
    Luego me llevaron a otra sala donde encontré una mesa servida con abundante comida en la que Frank me esperaba.
    Nada más entrar me dijo que estaba adorable y se dirigió a mí como Christie, algo que me sorprendió porque los homínidos no tenemos nombre, dado que es sólo privilegio de los seres humanos.
    Yo no sabía qué decir, pero él se puso a hablar de unas cosas llamadas películas y de lo mucho que siempre me había admirado mientras comía y me invitaba a hacer lo mismo.
    Yo lo imité y probé la comida…

    Jane interrumpió abruptamente la narración. Su rostro se ensombreció con una expresión de culpa y asco

    - Me pareció deliciosa y no pude reprimirme. Luego me enteré de que…de que aquella carne que comía era de homínidos como yo. Incluso el pienso que nos daban de comer todos los días en la fábrica estaba hecho de homínidos. Inexplicablemente nunca me había planteado de dónde provenía y ahora que lo sabía me invadió una sensación de nausea y culpabilidad.
    Él sin embargo continuó alegremente el festín haciendo caso omiso a cómo me sentía, y cuando finalizó se acercó a mí intentando resultar seductor.
    Me susurró cosas bonitas al oído, y me beso lenta y suavemente en el cuello.
    Pero yo sólo sentía asco, y al final no resultó ser muy diferente de todos aquellos que antes habían abusado de mí. Sólo que él pretendía ser más sofisticado.
    Estos encuentros se reiteraron durante semanas y siempre seguían la misma pauta.
    No tardé mucho en percatarme de que no era más que un objeto para él. No me hablaba a mí, sino a esa Christie suya y pronto desarrollé aversión por ese nombre.
    Un día vino más excitado de lo normal diciéndome que había ideado un plan para llevarme a un sitio mejor.
    A mí me entró el pánico. Quizá aquella fábrica fuese infernal, pero era el único sitio que había conocido en mi vida, y sabiéndome homínida sólo me esperaba lo peor.
    La noche de la fuga, cuando atravesaba el túnel por debajo de la alambrada estaba tan asustada que me puse a chillar y a patear fuera de mí.
    Pronto escuché muchas voces acercándose a la valla mientras que unos tipos al otro lado me arrastraban fuera del agujero y me cargaban en una motocicleta para huir casi de inmediato.
    El resto de la historia creo que ya lo conoces.

    Cuando finalizó Luke se quedó contemplándola sin mediar palabra alguna. Ella tenía el rostro abatido y la mirada cansada. Un sentimiento de ternura por ella y por su sufrimiento se apoderó de él, y sin pensarlo se aproximó a ella, la rodeó fuerte con los brazos y la besó en la frente. Casi en seguida se hizo consciente de lo que estaba haciendo e intentó recular temeroso de la reacción de Jane, pero ella le devolvió abrazo y lloró quedamente sobre su hombro.

    Y así permanecieron, en silencio, hasta que cayó la noche.
     
    #1
  2. Maramin

    Maramin Moderador Global Miembro del Equipo Moderador Global Corrector/a

    Se incorporó:
    19 de Febrero de 2008
    Mensajes:
    63.535
    Me gusta recibidos:
    36.713
    Género:
    Hombre
    Bueno esperaré a mañana...

    [​IMG]
     
    #2

Comparte esta página