1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Sociedad Canibal. Capítulo 20.

Tema en 'Relatos extensos (novelas...)' comenzado por Kwisatz, 13 de Marzo de 2022. Respuestas: 0 | Visitas: 295

  1. Kwisatz

    Kwisatz Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    27 de Septiembre de 2007
    Mensajes:
    281
    Me gusta recibidos:
    149
    CAPÍTULO 20

    Louis siempre se sentía intimidado cada vez que visitaba la mansión Hammond. Llevaba años siendo informante de padre e hijo sin que ninguno de ellos sospechara que trabajaba también para el otro.
    Era un juego peligroso, pero la forma más segura de ganar.
    Hammond padre era el poder en el presente, pero su hijo Frank era el poder en el futuro.
    Hoy había sido convocado por Hammond padre para que le informara de los últimos rumores que corrían en la ciudad a propósito de Frank.
    Se desembarazó de la capucha del anorak, respiró hondo y llamó a la puerta del despacho del Sr. Hammond.

    - Adelante.
    - Es un honor serle de ayuda Sr. Hammond.
    - Déjate de amaneramientos y ve al grano ¿Qué hay de cierto en los rumores que circulan por la ciudad que apuntan a que mi hijo ordenó escamotear del arsenal varias cajas de valiosos explosivos?
    - Pues al parecer, tienen visos de ser ciertos, señor…
    - ¡No puede ser que haya criado un hijo tan necio! Si el resto de ciudades llegara a enterarse de que nuestro armamento está menguando nuestra posición en el Consejo Interurbano de Carburantes, podría verse seriamente comprometida. ¿Cómo puede ser tan inconsciente? ¡¿Cómo?!

    Louis nunca había visto tan furioso a Herbert Hammond como lo estaba viendo hoy. En el pasado siempre había demostrado tener bastante temple ante los excesos de su vástago, pero en esta ocasión parecía que su paciencia había llegado a su fin.

    - Dime que no tiene que ver con ese asunto de la homínida.
    - Pues… - Louis no sabía que contestar, pero no hizo falta.
    - ¡Maldito niñato! Le advertí tajantemente que no se entrometiera. Parece que el cachorro cree que su padre es ya un león viejo incapaz de morder… Pues pronto va a darse cuenta de cuán equivocado está.

    Escúchame bien, quiero que esta misma noche hables con el capitán de la guardia de la ciudad y le digas que quiero que apresen a mi hijo, sin alborotos y discretamente, y que lo conduzcan al almacén oeste de la ciudad. ¿Me has entendido?

    - Sí, señor… - Louis estuvo a punto de añadir algo más, pero la fulminante mirada que Herbert Hammond le hizo desistir. En estos momentos era imposible hacerlo entrar en razón.

    Conforme Louis salía de la casa caía en la cuenta en la encrucijada en la que se había metido.
    Esta vez iba a ser difícil mantener su ambigua equidistancia.
    Tenía que hacer lo que Hammond padre le había ordenado. De no ser así se delataría. Pero si lo hacía, Frank estaría condenado, y con él sus futuribles privilegios en el cuerpo.
    Sólo se le ocurría una solución: Prevenir a Frank de las intenciones de su padre antes de ir a visitar al capitán de la guardia.
    No iba a ser fácil justificar la filtración, pero siempre podía cargar la culpa a algún soplón de la guardia de la ciudad.
    En cualquier caso no tenía tiempo que perder.
     
    #1

Comparte esta página