1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Sociedad Canibal. Capítulo 27.

Tema en 'Relatos extensos (novelas...)' comenzado por Kwisatz, 10 de Abril de 2022. Respuestas: 0 | Visitas: 316

  1. Kwisatz

    Kwisatz Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    27 de Septiembre de 2007
    Mensajes:
    281
    Me gusta recibidos:
    149
    CAPÍTULO 27​


    - ¿Tienes hambre Gretel?

    La niña asintió suavemente con la cabeza

    - Hemos traído cosas muy ricas. Ven, ya verás cómo te gustan – la animó Jane

    Desempacaron el petate y sacaron varias latas de conserva. Gretel devoró una lata de atún y otra de verduras mientras Luke y Jane la miraban complacidos y asombrados por su voraz apetito.

    - Espero que no te siente mal, has comido demasiado rápido- reprendió medio en serio, medio en broma Jane.
    - Lo siento... Es que tenía mucha hambre. Hace mucho tiempo que no comía conservas.
    - ¿De qué os alimentabais tu hermano y tú?- Preguntó convenientemente Luke.

    Gretel bajó la cabeza y permaneció en silencio.

    - Tranquila, no hace falta que respondas si no quieres.
    - Yo os lo diré –dijo Walt desde el quicio de la puerta- Venido conmigo y lo sabréis.

    Luke y Jane se miraron y finalmente se levantaron para seguir a Walt dejando a Gretel sola devorando su tercera lata.
    Llegaron a una sala que en su día tuvo que ser la cocina del bunker. Estaba llena de restos humanos y rastros de sangre por todas partes.
    Jane se tapó la boca horrorizada e incrédula, mientras Luke abría los ojos como platos ante el macabro escenario.

    - Esos niños se alimentaban de carne humana. Seguramente se dedicaban a cazar a los pobres incautos que pasaban por las inmediaciones. Nosotros probablemente éramos su próxima cena. – reveló Walt.
    - ¡Sólo son niños! – Replicó Luke, que se negaba a creer que los responsables de tamaña carnicería podían haber sido Hansel y Gretel.
    - El instinto de supervivencia es lo único que cuenta. Está claro que alguien tuvo que enseñar a disparar a ese niño como lo hacía. Tuvo que recibir adiestramiento y no sabemos si nos han dicho la verdad. Es posible que haya algún adulto con ellos.
    - ¡Basta! – Mandó callar cortante Jane- Hicieran lo que hicieran sólo eran niños. Un niño hace lo que le enseñan a hacer. Lo mejor que podemos hacer es ir con Gretel y hablar de esto con ella.

    Walt la miró con agresividad, pero no dijo nada. Pronto se encontraron de nuevo en la habitación de la niña que había acabado de comer y contemplaba en silencio a su difunto hermano acariciándole una de las mejillas.

    - Gretel, tenemos que hablar contigo. Hemos visto lo de la cocina. Queremos hacerte unas pocas preguntas.
    - Estoy cansada... –Replicó Gretel medio sollozando.
    - Lo sé cariño, pero es muy importante. Sólo unas pocas preguntas y podrás irte a dormir, ¿de acuerdo?

    La niña asintió.

    - ¿Vosotros matasteis a toda esa gente y luego os la comisteis?
    - Sí, nos lo enseño papá antes de irse. Nos dijo que era gente mala, como la bruja del cuento. Teníamos que matarlos si no queríamos que ellos nos comiesen a nosotros.
    - ¿Dónde está vuestro papá?
    - No lo sé...
    - ¡No te atrevas a mentirnos mocosa! ¿Dónde está?- Preguntó en tono amenazador Walt

    La niña comenzó a sollozar y Jane de inmediato la abrazó susurrándole palabras tranquilizadoras al oído mientras lanzaba una mirada de odio a Walt.

    - Está bien corazón, te creemos. ¿Os dejó algo vuestro papá antes de irse?
    - Sí. – respondió lastimera Gretel señalando uno de los libros de la estantería de la habitación.
    - Muy bien pequeña, ya puedes irte a la cama. Hoy ha sido un día muy duro.

    La niña se levantó y sin cruzar mirada con Walt y Luke se echó en la litera de abajo mirando a la pared y se acurrucó.
    Jane cogió el libro de la estantería y se lo dio a Luke.

    - Vamos a la habitación contigua y léelo en voz alta

    Luke comprendió. Jane nunca había aprendido a leer, así que obedeció sin rechistar. Walt los siguió aunque no llegó a entrar en el dormitorio y se quedó de pie apoyado en el marco de la puerta.
    Luke abrió el libro y lo hojeó rápidamente antes de empezar a leer.

    - Parece un diario
    - Está bien, puedes comenzar – solicitó Jane.

    Entrada 1

    Hoy comienzo este diario con la esperanza de que algún día mis hijos puedan leerlo y comprendan mejor las difíciles decisiones que me he visto obligado a tomar siempre pensando en lo mejor para ellos.
    La base se está quedando vacía después de tantos años. La guerra acabó y con ella todo propósito en estas instalaciones.
    Nos hemos dedicado a sobrevivir en un mundo devastado sin esperar nada.
    Ignoro cómo deben ser las condiciones allá fuera, pero imagino que son mucho peor que aquí dentro. A nosotros al menos no nos ha faltado la comida y el refugio.
    Los niveles de radiación ya no son mortales, aunque revisten un enorme peligro para la salud.
    Aún no me he podido sobreponer a la muerte de Marie durante el parto. Me siento culpable por haberla dejado embarazada, condenándola así a muerte y obligándola a traer vida a este miserable e inhumano.
    Si no fuera por los gemelos y mi sentido de la responsabilidad ya me habría suicidado hace tiempo.


    Entrada 2

    Hoy se ha marchado el último residente del bunker. A pesar de que ha tenido una enorme deferencia con nosotros dejando una considerable cantidad de provisiones no creo que podamos sobrevivir más de seis meses con ellas.
    Abandonar el bunker no es una posibilidad con dos criaturas pequeñas y desvalidas que no pueden caminar por sí solas.
    Habrá que racionar los víveres todo lo que se pueda hasta que crezcan un poco más, pero las perspectivas son desoladoras.
    Lo mejor será que me centre en la supervivencia del día a día y no piense en ello.


    Entrada 3

    Los gemelos ya están en edad de empezar a balbucear sus primeras palabras. Hoy he comenzado a leerles un cuento que he encontrado abandonado sorprendentemente en las estanterías de la habitación de uno de los oficiales.
    Creo que escucharme leer probablemente les ayude a que desarrollar antes el sentido del habla.
    Me he dado cuenta de que aún no les había puesto ningún nombre. Lo lógico sería llamarlos como alguno de los seres queridos que nos han dejado, como tú, Marie... Pero pronunciar tu nombre cada día mientras agonizamos de hambre sería algo que no podría soportar.
    Por ello he pensado que lo mejor será que los llame como los protagonistas del cuento que les leo cada noche, Hansel y Gretel.
    Por otro lado la creciente escasez de comida infantil me preocupa enormemente. Los gemelos aún no cuentan con dentición completa y no sé si para cuando se agote del todo los suministros infantiles estarán capacitados para ingerir alimentos sólidos.
    Yo por mi parte intento comer lo justo para no enloquecer de hambre. He dejado las mermeladas y compotas para el final porque creo que son los alimentos que mejor podrán asimilar los gemelos.


    Entrada 4

    Gretel ha pronunciado su primera palabra. Me ha llamado papá. No he podido dejar de llorar toda la tarde.

    Entrada 5

    Hoy ha sido Hansel quien ha pronunciado su primera palabra o algo similar. “Hambre” me ha dicho. Pobre criatura. Se me parte el alma viéndolos pasar necesidad. Pero queda muy poca comida. Tenemos que aguantar como sea. ¿Qué clase de vida es esta Marie?

    Entrada 6

    Gretel ha estado enferma toda la semana con fiebre alta. Sólo he podido suministrarle aspirina, la impotencia me consume. Sólo puedo esperar, esperar, esperar...

    Entrada 7

    Afortunadamente Gretel ha conseguido sobreponerse a la enfermedad (bendita juventud). Los gemelos ya pueden caminar, pero veo inviable abandonar el bunker.
    Si lo hiciéramos lo más probable es que muriéramos por el camino fuéramos a donde fuéramos.
    Pero tampoco podemos quedarnos aquí. Las provisiones, a pesar de que han durado más de lo previsto gracias al estricto racionamiento, están a punto de agotarse.
    Estamos en un punto muerto, y parece que tome la decisión que tome estamos condenados.


    Entrada 8

    He tomado la decisión de que mañana saldré del bunker para inspeccionar la zona en busca de algo que se pueda comer. Es eso o abandonarse a la muerte.

    Entrada 9

    Es descorazonador. Hoy por fin he salido del refugio armado con un fusil de francotirador y he dejado solos durante unas horas a los gemelos. El paisaje era desolador. Nada. Nada. Ni un maldito animal al que disparar. Qué va a ser de nosotros.

    Entrada 10

    Hoy me ha parecido ver una figura humana en la distancia. Probablemente haya más supervivientes. Quizá sí... No, no puedo arriesgarme. No llegaríamos a ninguna parte sin provisiones. El hambre me está volviendo loco y lo gemelos no dejan de llorar. Mañana iré más lejos. No me rendiré mientras me quede un soplo de vida. Por ellos.

    Entrada 11

    ¡Dios mío! Si existes dime por qué... por qué me has puesto en este trance. Dios mío... no soy un monstruo... Yo, los gemelos... ¡No tenía que ser así! ¿Qué se supone que tenía que hacer? ¿Resignarme a morir y ver morir a mis hijos? ¿Es eso Señor? ¿Es eso lo que esperabas de mí? ¡Te odio, te odio, te odio!

    Entrada 12

    No sé si alguna vez me recuperaré de este trance. He estado varios días pensando en ello y aunque he intentado darme todo tipo de justificaciones racionales nada justifica lo que he hecho. “Homo lupus homini”. Esa locución latina de Hobbes nunca había sido tan cierta. Vino de pronto a mi cabeza en cuanto lo hice. No sabía ni siquiera que la recordaba desde los días de estudiante. Supongo que tendré que acostumbrarme a ver un monstruo en el espejo cada día y a perder mi humanidad. Pero eso no es lo que me más me duele. Lo que más me duele es ver crecer a los gemelos así, criados como el monstruo que es su padre.
    Ahora duermen, después de saciar nuestra hambre voraz con aquel desgraciado que encontré en mi última salida en busca de comida.
    Él no lo vio llegar, al menos le di una muerte rápida. Nunca podré saber cómo se llamaba ni si tenía familia como yo. De nada sirve que implore tu perdón extraño, el mal ya está hecho. Aun así te recordaré siempre en mis oraciones. Aunque involuntariamente, tú nos salvaste y por eso te estamos agradecidos.


    Entrada 13

    Hoy he decido que si no puedo evitar alimentarme de otros seres humanos lo haré lo menos posible. He instaurado una sala del refugio para procesar los cadáveres y dar el tratamiento adecuado a la carne para que se conserve el máximo tiempo posible. Si estoy condenado a hacer daño será el estrictamente necesario. No sé qué habrá después de la muerte, pero si no lo hago así acabaré convirtiéndome en algo peor que un animal.

    Entrada 14

    Hace mucho tiempo que no escribo aquí. No hay mucho que contar en realidad. Los gemelos han crecido mucho y se han convertido en un par de preguntones. Les encanta que les lea cuentos. Su favorito es el de Hansel y Gretel curiosamente, probablemente porque los protagonistas se llaman igual que ellos.
    Creo que podría enseñarles a leer, pero me da auténtico pavor que puedan llegar a leer este diario y se hagan conscientes de las monstruosidades que su padre ha hecho por ellos.
    De todos modos tengo que enseñarles a sobrevivir en este mundo monstruoso, así que tan pronto como puedan sostener el fusil de francotirador les enseñaré a disparar.


    Entrada 15

    Durante las últimas semanas me he llevado a los gemelos conmigo a hacer prácticas de tiro. Hansel parece el más diestro de los dos. Debido al retroceso y al peso del arma he tenido que recurrir a que la apoyen el sobre rocas y otras superficies sólidas para disparar. También les he enseñado las nociones básicas para ocultar su posición. Ellos se lo toman como un juego. Pobres criaturas, no alcanzan a ver lo siniestro del asunto.
    Pronto me los tendré que llevar a cazar. Como sé que me preguntarán, he ideado algo así como una justificación moral para lo que hacemos. Les diré que la gente a la que matamos son como la bruja del cuento que quieren comérselos a ellos porque quieren quedarse a vivir en su casa. Es cruel, pero probablemente no esté muy lejos de la realidad. Marie perdóname...


    - Esta era la última entrada – Dijo Luke al interrumpir su lectura

    Jane lo miraba fijamente mirando al infinito. Walt por su parte estaba apoyado con la espalda apoyada en el marco de la puerta con los ojos cerrados y una de las piernas apoyadas en diagonal en el otro extremo bloqueando la salida.

    - Mira el resto de páginas, es posible que haya alguna anotación más adelante ¿no? –acertó a decir Jane

    Luke recorrió varias veces las páginas del diario pero no halló atisbo alguno de nuevas líneas que pudieran esclarecer qué fue del padre de los gemelos.

    - ¿Y ahora qué? – Se interrogó Luke
    - Ahora es el momento de marcharse de aquí. Esto ha sido una enorme pérdida de tiempo y no pienso dejar desatendido el campamento ni un día más.
    - ¿Y qué pasará con la niña?- Preguntó Jane con preocupación.
    - La niña se queda aquí, no podemos hacer nada por ella y sólo sería una carga- repuso tajante Walt
    - No, la niña se viene con nosotros – contestó desafiante Jane casi al instante.

    Un tenso silencio se instaló en la sala mientras cruzaban duras miradas.
    Luke los miraba sin saber qué hacer. Parecía que la situación había llegado a un punto crítico y ninguno de los dos quería ceder. Finalmente reunió valor para intervenir y en tono conciliador les habló

    - Es de noche, y todos estamos cansados ¿no? ¿No sería mejor si nos fuéramos a dormir y volviésemos mañana al tema más descansados?

    Tras unos segundos de incertidumbre y sin pronunciar palabra la tensión se deshizo y Walt se marchó a otra habitación dejando a Luke y Jane a solas con la niña durmiendo profundamente en la habitación de al lado.

    - No podemos dejarla aquí – Habló por fin Jane con lágrimas en los ojos dirigiéndose a Luke

    Luke la miraba atónito. La angustia que reflejaban las hermosas facciones de su rostro lo desarmaba por completo. Le sorprendía el rápido vínculo que había establecido con la niña. Tal vez se debía a que se sentía emocionalmente identificada con ella. En cualquier caso Luke se hizo consciente en su fuero interno de que jamás le podría negar nada.
    Instintivamente la abrazó protectoramente y le susurró palabras tranquilizadoras al oído. Y casi sin pararse a reflexionar una décima de segundo la beso suavemente en la mejilla. Y después de ese beso vino otro y luego otro hasta encontrar sus labios.
    Entonces Luke retrocedió unos segundos sorprendido por sus impulsos. Pero entonces fue ella la que tomó la iniciativa y le besó a él, y al instante se abandonaron ambos a un frenético baile de cuerpos como si no fuera a existir un mañana.
     
    #1
    A silveriddragon le gusta esto.

Comparte esta página