1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Sociedad Canibal. Capítulo 28.

Tema en 'Relatos extensos (novelas...)' comenzado por Kwisatz, 17 de Abril de 2022. Respuestas: 0 | Visitas: 282

  1. Kwisatz

    Kwisatz Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    27 de Septiembre de 2007
    Mensajes:
    281
    Me gusta recibidos:
    149
    CAPÍTULO 28​


    - ¡Maldita hija de....!

    Un disparo interrumpió el grito maldiciendo. Era la voz de Walter.
    Rápidamente Luke y Jane se incorporaron y corrieron hacia lo que creían que era el origen del grito.
    En pocos segundos llegaron a una de las múltiples salas del bunker militar en la que encontraron una escena inesperada.
    De pie, sosteniendo una pistola aún humeante se encontraba Gretel apuntando a un Walt postrado y malherido de un disparo alojado en el pecho.

    - ¡¿Qué demonios ha pasado aquí?! – Preguntó al instante Luke.
    - Esta pequeña puta malnacida me ha disparado a traición...Vas... Vas a pagar por esto zorra...- Alcanzó a replicar Walt entrecortadamente por el dolor.

    De inmediato los ojos de Luke y Jane se posaron en la pequeña, que se encontraba con la mirada perdida en el infinito y el semblante lívido por el miedo.

    - ¿Es... Es eso verdad?- Interrogó entonces Jane.
    - No... Yo sólo... Yo sólo quería defenderme...
    - ¡Eso es una puta mentira! ¡Maldita mocosa! ¡Tú has venido a matarme!

    Tras un breve momento de desconcierto Gretel retomó de nuevo la palabra

    - Él quería que le diera el código de acceso a la sala especial.
    - ¿La sala especial?- preguntó aturdido Luke
    - Sí, es una sala que papa dijo que guardaba muchos secretos. Nos dijo que si alguna vez invadían el refugio nos ocultáramos allí.
    - ¿Pero qué mierda es eso de la sala especial? Es... Es la primera noticia que tengo de ese sitio...

    Un gruñido puso fin a las quejas de Walt. Estaba perdiendo sangre aceleradamente, su respiración cada vez era más entrecortada. Si no detenía la hemorragia pronto moriría.

    - Está bien Gretel, dame la pistola y acompáñame a ver esa sala. Tú Luke ayuda en lo que puedas a Walt, hemos de irnos de aquí. – Resolvió finalmente Jane.

    De inmediato Jane abandonó la sala siguiendo a la niña. Luke se quedó a solas con Walt, en cuya cara se había congelado una sonrisa a medio camino entre un gesto de dolor y la amargura desesperada del que se sabe perdedor.

    - Asesinado por una cría... Menudo gilipollas estoy hecho. Tanto adiestramiento militar para acabar así...
    - No te conviene hablar – Acertó a responder Luke que se afanaba en realizar un vendaje de improvisado de emergencia con ropa rasgada. Sabía que iba a servir de bien poco, pero tenía que intentarlo, aunque fuera un mero gesto.
    - Déjalo chaval... Ya estoy prácticamente muerto. Más le vale a esa mocosa... Si salgo de esta yo mismo... – Su discurso se interrumpió bruscamente por la convulsiones.
    - ¡Walt! ¡Walt! No te rindas, puedes salir de esta.

    Con su último aliento Walt lanzó una última advertencia

    - Esa niña es una asesina... Deberías haber visto... el odio de su mirada. Tenéis que....

    Un susurro inaudible puso fin a sus palabras antes de expirar. Luke se quedó contemplando al soldado fallecido reflexionando sobre sus palabras.
    Un hombre a las puertas de la muerte no tenía por qué mentir, no había propósito en ello.
    Si lo que había dicho era verdad quizá Jane estuviera en peligro.
    Cerró los ojos del difunto, se incorporó de inmediato y empezó a correr por los pasillos del bunker gritando el nombre de Jane.
    En menos de un minuto las había encontrado. Se encontraban frente a una puerta acorazada con un panel numérico instalado en una de las paredes laterales.
    Ambas se estaban mirando silenciosamente. Era una escena extraña, algo parecido a un duelo.
    Luke intervino

    - Jane, Walt acaba de fallecer. Creo que lo que ha dicho sobre Gretel es...
    - Lo sé- Le cortó bruscamente Jane

    La mirada de la niña había cambiado radicalmente. Ya no era la criatura desvalida y vulnerable de hace unas horas. Por el contrario, era una mirada dura e inmisericorde.

    - Al final fue tal como Walter dijo. Tú lo mataste a sangre fría ¿verdad?

    Un tenso silencio siguió a la acusación

    - ¿Y qué otra cosa esperabas que hiciera? – Repuso finalmente Gretel con una frialdad que helaba la sangre

    Pese a que Jane esperaba esa respuesta no pudo evitar estremecerse

    - Él mató a mi hermano. Era lo único que me quedaba en esta mierda de mundo. Tenía que pagar por ello, así que esperé mi oportunidad. ¿Acaso no habrías hecho tú lo mismo?

    Jane no se atrevió a contestar de inmediato. Sabía lo que era pensar así. La comprendía muy bien, pero aun así se sentía desconcertada al haber visto caer el falso velo de pureza que ella y sus esperanzas habían construido. Pero ahora veía de nuevo la realidad en toda su crudeza.

    - No te culpo por ello, pero esa muerte tendrá consecuencias. Habrá preguntas incómodas sobre la súbita desaparición de Walter y sobre ti cuando regresemos al campamento.
    - Podéis mentir y decir que Walter me salvó “heroicamente” de una banda de saqueadores que encontrasteis en el camino.
    - Aun suponiendo que pudieran creer eso, que lo dudo, no habría sitio para ti allí.
    - Por eso quiero que entréis a inspeccionar la sala especial. Es posible que encontréis algo de interés para la gente de Walter. Algo que los distraiga de su desafortunada muerte.
    - ¿Y si no es así? ¿Qué piensas hacer?
    - Quiero ir con vosotros.
    - Gretel, no podemos prometerte nada.
    - Lo sé, pero no tengo muchas más opciones. Al menos quiero que os comprometáis a que lo intentaréis.
    - Está bien por mi ¿Luke?
    - ¿Qué puedo decir? No perdemos nada por intentarlo.
    - De acuerdo. Supongo que es suficiente. El código de acceso es 135420.

    Luke se acercó al panel y tecleó la cifra. Un sonido electrónico confirmó la entrada de acceso, estaban dentro.
    La sala especial tenía aspecto de haber sido un antiguo centro de operaciones. Había paneles y enormes pantallas inactivas en prácticamente todo el perímetro.
    Antiguos documentos militares se hallaban dispersos en el suelo y las mesas polvorientas. Parecía largamente abandonada.
    Tan pronto como entraron se dispusieron a encontrar algo que pudiera resultar de interés para el asentamiento del que provenían.
    Al cabo de unos minutos el entusiasmo inicial se fue enfriando ante la falta de un hallazgo realmente significativo.
    Los documentos no eran más que memorándums y antiguas órdenes tácticas carentes de todo valor.
    Gretel se limitaba a mirar a la pareja. Había estado allí varias veces, pero ella no alcanzaba a comprender por qué su padre consideraba tan especial aquella sala olvidada.
    Estaban a punto de renunciar cuando Jane reparó en uno de los antiguos cachivaches electrónicos de antes de la guerra situado en uno de los rincones.

    - Mira Luke. ¿No se parece ese al trasto que nos enseñó Verónica?
    - Sí, pero no parece operativo y creo que nunca más lo será. No sé qué interés podría tener.

    Jane se aproximó al aparato y lo observó más en detalle. Había algo que sobresalía del módulo rectangular al lado de la pantalla. Lo palpó con cuidado y le pareció que no estaba lo suficientemente anclado para formar parte del conjunto. En un acto impulsivo guiada por la intuición tiró de él y salió sin esfuerzo alguno.
    Sorprendida realizó de nuevo la operación a la inversa. La pieza encajó a la perfección en lo que parecía una clavija.

    - Es sólo una suposición, pero quizá esta pieza o lo que sea servía para almacenar algún tipo de información a la que podía accederse desde este aparato ¿Cómo lo llamaba Verónica?
    - ¿Ordenador? – Aclaró Luke
    - Eso es.
    - Bueno, aunque sólo es una teoría creo que es lo único que tenemos de momento, y no parece que vayamos a encontrar mucho más aquí. Está claro que ni nuestro futuro ni el de Gretel están asegurados.
    - Sólo podemos averiguarlo de una forma.
    - Tienes razón. Es hora de marcharnos.
     
    #1

Comparte esta página