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Sociedad Canibal. Capítulo 8.

Tema en 'Relatos extensos (novelas...)' comenzado por Kwisatz, 30 de Enero de 2022. Respuestas: 0 | Visitas: 309

  1. Kwisatz

    Kwisatz Poeta recién llegado

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    CAPÍTULO 8

    Ya estaba despuntando el alba, y la oscuridad comenzaba a desvanecerse.
    La penumbra se estaba apoderando del paisaje y Luke giraba con toda su alma el manillar del gas mientras los baches del camino amenazaban a cada metro con descabalgar a los ocupantes de la montura.
    Pero no tenía más opción que arriesgar. Aunque no visibles, se podía escuchar el ruido del motor de las motos de sus perseguidores.
    En la lejanía ya se adivinaba la silueta de la granja abandonada que había encontrado en el camino antes.
    De pronto el ruido del motor se silenció y la motocicleta empezó a perder velocidad. ¿Una avería? Una mirada al panel indicador se lo aclaró al momento. Se había quedado sin combustible.

    - ¡Mierda, mierda, mierda!- perjuraba para sí Luke, mientras insistía con el pedal de arranque. Pero no había manera.

    Sin pensárselo dos veces bajó de la motocicleta y pidió a la homínida que hiciera lo mismo. Tenían que arrastrar el vehículo hasta el granero semiderruido de la granja, que debía estar al menos a medio kilómetro de donde estaban, para ocultarlo y ocultarse ellos.
    Mientras ambos empujaban oían cada vez más cercanos los motores de sus perseguidores. Luke no se atrevía a mirar atrás, pero sabía que pronto serían visibles.
    De pronto, se hizo el silencio. ¿Los habían localizado ya? Giró la cabeza brevemente para inspeccionar el horizonte pero no alcanzó a ver ninguna silueta. ¿Entonces qué? ¿Es posible que ellos también hubiesen consumido todo su combustible? Era una posibilidad, y ojalá que así fuera.
    Pero no se iba a quedar a comprobarlo, ya casi habían llegado a la entrada del granero.
    Prácticamente sin resuello llegaron a la estructura en ruinas. Dentro todavía había un montón de heno seco semipodrido. Un rincón perfecto para un socorrido escondite.
    Con sus últimas fuerzas escarbaron en la montaña de paja un hueco lo suficientemente grande para ocultar la motocicleta. Inmediatamente después hacían algo parecido para ocultarse ellos mismos.
    Luke sabía que era un escondite precario y que si se les ocurría inspeccionar la granja era uno de los primeros sitios en los que buscarían.
    Pero estaba exhausto y ya no podía más. Se abandonó al cansancio y cayó en un profundo y negro sueño.
    Un abrumador desconcierto se apoderó de él al despertar, su desorientación era total. Necesitó unos minutos para recordar dónde estaba y cómo había acabado allí. Todo lo sucedido se le antojaba irreal. Sin embargo, las numerosas magulladuras dolientes a lo largo y ancho de su anatomía y los músculos extenuados parecían corroborar lo que de otro modo le habría parecido un sueño, un disparatado sueño.
    Haciendo acopio de toda su voluntad se incorporó como buenamente fue capaz y se quitó de encima tanta paja como pudo.
    Todo estaba oscuro de nuevo, al parecer volvía a ser de noche. Sin que tuviera un segundo para reaccionar la homínida se plantó delante de él encañonándole con el M-16.

    - ¡No te muevas! Lo digo muy en serio. Cualquier gesto extraño y eres hombre muerto.

    Luke se quedó mirándole unos instantes sorprendido. Era la primera vez que la escuchaba hablar. Tenía una voz algo rota y grave aunque extrañamente sensual. Sabía que no entrañaba ningún peligro, el M-16 no estaba cargado, pero aun así le siguió el juego y fingió que sí lo estaba.

    - Está bien, tranquila, no corres ningún peligro
    - Eso lo tendré que decidir yo misma.
    - De acuerdo.
    - ¿A dónde me llevabas?
    - ¿De verdad quieres saberlo?
    - Sí.
    - De vuelta a la ciudad.
    - Me lo figuraba ¿Por qué?
    - Me envió Frank Hammond.

    Fue pronunciar el nombre y un gesto de miedo y rabia asomó a través de su máscara de pretendida agresividad.

    - ¡Pues olvídate de ello porque antes te mato!
    - Ya podrías haberlo hecho si hubieras querido ¿Por qué no lo hiciste y escapaste sin más?
    - Tú me ayudaste a escapar, y creo que te lo debía. También quería obtener respuestas.
    - Pues ahora ya las tienes ¿Qué piensas hacer?
    - Déjame que lo piense... No puedo dejar que vuelvas a la ciudad. De lo contrario se lo contarías todo a Frank.
    - Yo no puedo volver... sin ti.
    - No dudaré en matarte si lo intentas.

    Como si Luke no la hubiera escuchado se levantó lentamente

    - ¡No te muevas! –chilló ella muy nerviosa.

    Ya de pie Luke caminó un par de pasos hasta que el cañón del arma se apoyó en su pecho y la miró fijamente a los ojos.

    - Adelante, dispara

    Las manos de la homínida temblaban por la tensión. Tras unos breves segundos de duda su dedo apretó el gatillo... y no pasó nada. Un gesto de incredulidad se instaló en su rostro. Lo intento unas cuantas veces más, hasta que desistió resignada al ver que no había munición.

    - Lo sabías desde el principio ¿verdad? ¿Te ha parecido gracioso? – La voz se le empezaba a quebrar debido a la desesperación.
    - Escucha, no pienso volver a la ciudad. Ni contigo, ni sin ti. Creo que haga lo que haga soy hombre muerto.

    Ella lo miró de nuevo con un brillo nuevo en la mirada

    - ¿Y cuál es tu plan? ¿Quedarte aquí en el yermo y morir de hambre? ¿Esperar a que te encuentre la banda de Ed y te ajuste las cuentas?
    - La verdad no lo sé. Ni siquiera contaba con que ahora mismo estaría vivo.
    - Muy bien, ¿y entonces yo qué? ¿Puedo irme, así sin más?
    - Si es eso lo que quieres...

    Luke se la quedó mirando con una mirada empañada por una profunda tristeza. Ella era todo lo que tenía ahora. Y posiblemente lo único que le importaba en el mundo.
    La homínida por su parte se quedó mirándolo unos instantes con expresión neutra, como si calibrara las posibilidades.
    Finalmente se pronunció

    - Creo que de momento seguiré contigo. Tenemos más posibilidades de sobrevivir juntos. Pero voy a dejarte una cosa clara. No soy tu esclava, no soy tu juguete, no soy tu rehén ¿Te enteras? Si intentas algo contra mi voluntad te juro que lo pagarás.

    Cuando Luke escuchó que ella quería seguir a su lado, le costó reprimir una sonrisa de alegría. Sin embargo replicó

    - Para mí eres una igual

    Ella se quedó petrificada al oír la respuesta. Quizá estaba delirando, pero por un momento sintió algo de simpatía por ese individuo

    - Me parece que aún no nos hemos presentado. Me llamo Luke. Y creo que tú te llamas Christie, ¿verdad?

    En cuanto escuchó ese nombre se disipó cualquier amago de simpatía

    - Ese es mi nombre de esclava –dijo secamente- Me lo puso él.
    - Lo siento, no quería ofenderte... simplemente pensaba que...
    - Llámame Jane.
    - Es un placer... Jane

    - ¡Está bien pareja! ¡Los brazos en alto!
     
    #1

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