Sol en los lamentos

Quiero verte, Sol en los lamentos,
parado en tu máximo esplendor,
yacer a tus pies, el sentimiento
expresando así de mi interior.
Quiero verte, OH Rey, en gran portento
desplazar al soberbio en tu furor,
dejarlo yacido al pavimento
y oír de sus labios el clamor.

Quiero ver lo inmutable de tu fuerza,
del humilde observar la exaltación,
dar vigor del débil la bajeza
y al indocto un sabio corazón.
A los ricos plagarlos de pobreza,
al triste de gozo en aluvión
bañarlo, al menguado la terneza
y al pestífero de lirios suave olor.

Quiero verte al altivo quebrantar,
de manantiales saciar a los sedientos,
del inocente las heridas aliviar
y en cúmulo manjar darle al hambriento.
Al humilde en las alturas elevar,
al inculto darle entendimiento,
de los sabios la astucia vaciar
y en su lazo atrapar a los perversos.

Quiero verte en las tinieblas alumbrar,
del impío frustrar el pensamiento,
al pobre de glorias destilar
y al estúpido darle avivamiento.
De ropaje al desnudo rellenar,
al caído levantar del pavimento,
quiero verte al ambicioso abandonar
dejarlo tan solo en su deseo.

Quiero verte a ti, OH Rey de gloria,
en su arrogancia al altivo desdeñar,
dar a los sencillos la victoria
en los cielos poniendo su sitial.
De los sabios borrar toda memoria,
mandar la lluvia en sequedad,
al impío hacerlo grande escoria
y del simple las quejas atenuar.

Al fuerte dar decaimiento,
de los tristes las lágrimas secar,
a lo oscuro dar alumbramiento
y al injusto al suelo declinar.
Al Enemigo darle estancamiento
y privarlo de toda su maldad.
Quiero verte, OH Sol en los lamentos,
las coronas a los justos entregar.

 

Amartelado:

Un poema con misticismo y un hecho real que va más allá de las actuales religiones, el agradecimiento y reconocimiento al astro rey, que generosamente nos regala la luz y calor que sustenta la vida en nuestro planeta.

Un saludo contento de haber disfrutado tu sabio poema

Jaime