Soledad, "¡hazlo morir!"

Llévalo, acógelo, sumérgelo en un abrazo inseguro. Que sosobre aferrado a tus migajas pobres para subsistir. Los cuervos sedientos en vicios de ruñir carne, observan con sus pupilas negras, oscuras y maliciosas penas en lo más profundo de su cuerpo, repleto en desechos, marcas duras que el desprecio merecido le obsequió. su esencia viva e de arrancar y dejarlo caer, solo llorará, solo agonizará, "¡sólo gime muriendo!". " Merezco el depravado y placentero susurro de tu voz, mientras mis ojos sangran amándote, ¡mi amor¡".​

 

Hermosa prosa poética, me gusta las imagénes que creaste, una cosita , ten cuidado con la ortografía, por lo pronto bienvenido a prosa, besos.