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Sombras de un niño

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por susoermida, 14 de Mayo de 2011. Respuestas: 0 | Visitas: 354

  1. susoermida

    susoermida Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    14 de Febrero de 2011
    Mensajes:
    265
    Me gusta recibidos:
    22
    Hay un niño dentro de mí
    que tiene por herencia el susto en sus ojos.
    Va su mirada allá donde el destino
    guarda la referencia de los golpes:
    así fue, así tocó, así es y así se delata.
    ------------------------------------------------

    I

    Hubo un tiempo en que nací entre alamedas.
    De espaldas a lo cotidiano que iba a venir.
    Poniendo monedas en los raíles del tren.
    Mientras, mi amigo, (que quiso irse)
    jugaba a ser hombre y entre sus manos de callo intacto,
    liaba un cigarrillo de hojas secas de vid:
    tiempo traspasado, madurez senil.


    Frente a mi casa había un monte de verde salvador
    y sobre él pasee mi torpe curiosidad,
    mi temple virgen: viví entre barbas de la tierra,
    caminos claroscuros, rocas,
    testigos de esencias naturales.
    Y adoré las cumbres donde el aire
    tiene un sentido de balcón abierto.
    Subí los montes, los pechos maternales de la tierra,
    y encontré la libertad y casi mi origen,
    mi rumiante pasado, mi heredad, y viví y nací.
    Y un día transcurrió un sueño,
    fue como un éxtasis,
    y cuando volví me encontré frente a un espejo:
    mi cara llena de espuma aplastada
    y participando en mi piel
    y metales talándome el rostro.


    Hoy sigue allí el monte
    compitiendo con mi rostro.
    Mis arboles van al blanco
    cada vez que talo mi semblante.
    Y me llena de curiosidad
    ese afán depredador.


    Y me llama la atención algo
    que al lado mía.....me dice:
    "...nosequien llego a nosequesitio
    y dentro de noseque habrá un algo más
    para llegar................"
    Y otra vez al lado mía:
    "....queenosequesitio a nosequien
    porunnosequemas de una disputa política...
    (que coincidencia el final de la palabra
    y que bien queda junto a la otra)
    por un algo de hierro y botones
    de tecnología avanzada,
    …podía devastar una amplia......"


    En el marco de mi ventana y a lo lejos
    pasa un niño corriendo con un aro delante de él
    y miro el aro y sus vueltas
    y siento escalofríos.
    Y otra vez, como terco loro,
    al lado mía alguien dice:
    ".....los estados cumplen una función
    de igualdadsocialparatodosigual..."
    Las palabras se salen del altavoz,
    melosas, convincentes, subliminales,
    caen en mis oídos y casi me excito.
    Y dale:
    "....el pueblo tiene su derecho y debe ejercerlo
    con la autoridad propia que de él emana..."
    Casi me corto de los espasmos.
    Y después que el capital ganó.........
    Y después que una industria vertió..........
    Y después que un niño trabaja............
    Y sigue el aro dando vueltas.


    Sigue "casi" todo igual a estos años de mi edad,
    lo único que ha cambiado es la forma de domarnos.
    Del látigo que veíamos pasamos a la ceguera
    alegre del consumismo y del individualismo:
    para callarnos, de lo subliminal hicieron arte.

    Mañana me "pagaran" la extraordinaria del silencio.


    II
    Hubo un tiempo que nací sin golpes,
    con el residuo intacto y sentado de vez en cuando
    junto a la iglesia parroquial
    (fui monaguillo en ejercicio de curiosidad)
    y vi entrar por la gran puerta de la casa
    gestos graves y encopetadas vestimentas,
    fuertes golpes en los pechos y miradas conmovidas.
    Y ya dentro, vi caer monedas
    contadas a hurtadillas antes de la intención,
    y manos que removían mi pelo,
    y miradas que me lamian el alma,
    (yo no representaba ningún supuesto peligro,
    al revés, sin pedirmelo yo era su lobezno).
    Y en la puerta más grande
    (la más pequeña de las iglesias)
    Vi entrar gente de desgastadas camisas,
    rodillas humildes y abortados bolsillos
    ir a los rincones rechazados de una mezcla,
    Allí los cuervos ni les miraban,
    ni tenían reinos ni condados para comprar el cielo.


    Y sufrí la teoría del asombro,
    (intacta y de una sola entrega)
    vi las manos suplicantes y abiertas.
    Vi almas salirse por los ojos
    y ojos secos de tanto mojarse,
    manos como vid y dedos como sarmientos.
    Y vi otros ojos indiferentes
    y sentí un mazazo de encolerizada injusticia.


    III


    Como muriéndome a escondidas,
    o reviviendo a veces en una ceniza
    llena de latigazos y recuerdos.
    O como un dolor recién hecho
    Deseándose lleno de una paz.
    O adornándome en circunstancias,
    como estadísticas de tribunales.


    O instalado en la eterna pregunta...


    Así se alberga en mí la duda
    que edifica todas las intenciones.
    Es así y así por veces, constantemente,
    arreciándome, ciego,
    juntándose en mí los cósmicos residuos
    de una duda y de un camino.
    O guardando calendarios entre mis cosas,
    Pasados, llenos de golpes y signos dudosos,
    o incluso de vacíos y pálidos días.


    A pesar de todo conservo una actitud
    en el residuo, un frío que se precipita
    sobre la pregunta y sobre el llanto.
    Tendré que esperar la vigilia de lo terso.
    Que mi piel se vuelva surco cejijunto,
    que venga yo fui y se vaya yo soy
    para así poder comprobar mi herencia.
    Para entender este reloj, estas horas
    arteriales que golpean las preguntas a diario.
     
    #1

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