Sombras fatales sobre un puerto de mar

Dedicado a La Guaira, sepultada
por el gran aluvión de 1999.

I
Sólo los poetas, puerto salobre,
pueden expresar tu dolor.
Tu dolor inmenso.

Sólo los poetas, puerto de luces,
pueden encender
el farol arrasado.

II
Aquel candil que alumbrase
empedrados coloniales
en guardia civil
de caballos resoplantes.
Recelosos en la noche
de la colonia ibérica.

Fue arrasado, fue arrasado...

III
Sólo los poetas pueden sentir silbar a Reverón.
Estar en las faenas sudorosas del desembarco.
Aquella faena de la gente de la costa.

Grandes barcos, malecón enamorado.

IV
Sólo los poetas pueden contar el amor de tus mujeres.
Ninfas venidas en cabalgata desde remota ínsula.

¡Sólo el poeta de tu playa puede entrañar tu belleza.
Y partirse el alma con cada farol ahogado para siempre!

 

un bello mar
un gran poema