Sombras quemadas

El oscuro frío de lo extraño podría estar cerca obsequiando la frialdad de sus ojos clavados en mi sombra. Las palabras intentarán escapar pero será en vano querer intertextualizar, quedarán atrapadas en la angustia del viento.

Repeler el raro encanto de la muerte desde aquí… Lo sé, será como audicionar para un suicidio. Siento el llamado cuando estoy parado frente a la nada estático y perenne. Atrapado dentro de una fría y escalofriante sonrisa con los ojos saltones, vitralizados de asfixia. Desde donde alguna vez me vi reflejado repitiendo una y otra vez que acabo de escuchar los gritos de las gentes allí afuera. Ese salvaje mundo de lo insano, jugando a descubrir el miedo en la mente de los muertos. Algo me dice que en la madrugada de hoy despertaré y cuando despierte correré sin parar buscando un lugar lejos de mí mismo.

Las mismas miradas hostiles de siempre se caerán de las calles para convertirse en cavernas abandonadas por el tiempo.

Todas las personas despavoridas arrancarán sus vidas mirando a otras personas y dejándolas morir entre gritos y llantos dorados de supresión y aroma a sombra quemada.