Soñé a mi musa

Caminé por la alameda arrastrando mi paso

mis piernas hinchadas me pedían descanso

a lo lejos, un álamo me tendió sus brazos

sin ánimo alguno me acosté en su tronco raso.


Arrullado por el canto de sus altas ramas

me quedé dormido cual si fuera un tierno crío

el viento suave y aromoso era como retamas

y se unió al álamo y al viento el suspirar de un río.


Estando aun dormido me desperté del frío,

pero junto a esa soledad me miraba mi musa

sus ojos me gritaban ¡no mueras de hastío!

¡mírame amor mío! mírame, no soy intrusa.


Al instante a la musa de mis sueños encontré

apoyé mi cabeza en su regazo y lloré, si, lloré,

¿por qué solo en sueños te puedo ver?

¿por qué eres tan pura y por qué tan inasible?


Ella, con voz entrecortada me dijo:

Aunque mi amor por ti es inmensidad,

sin alcanzarme tú, tu verso es prolijo

vivo en tus sueños pero no en tu realidad.


Juntó sus labios a los míos,

con su aliento abrazó a mi alma

le dio a mi espíritu nuevos bríos

y en todo mi ser volvió la calma.



Andrés Romo



Poemario 2014, REGISTRO PÚBLICO DEL DERECHO DE AUTOR No. 03-2014-031109431700-14​

 

Una historia muy tierna, a veces las musas nos llevan a soñar aún cuando las realidades sean tristes o dolorosas, bello escrito, saludos!!

 

Así lo creo también estimada Brisa de invierno, muchas gracias por tu preciado comentario a mi publicación, saludos.
Andrés

 

Muchas gracias estimado Luzyabsenta por tu preciado comentario a mi publicación, te envío un abrazo fraternal poeta.
Andrés

 

Ternura y amor amalgamados en un hermoso trabajo. Un placer dejar mis saludos cordiales.