Soneto del contadero.

A veces me he preguntado el por qué
mi torpeza al lograr con mal intento,
resulte con medida algún soneto
mal puesto muy de seguro, ni qué.

Grande ha sido el esfuerzo temerario
que mi pobre ingenio de desencantos
me haga sentir huésped de camposantos
ante ola fallida de atroz ideario.

¡Ay¡! que aparece el sudor de mi mano
en descanso inexistentes, locuras
que forman rimas, cuentas a tortura
haciendo sumas de algo becqueriano.

Endecasílabos…Aura de excesos,
¡sabiendo que solo tengo diez dedos!...©