Soneto II

Si quieres un insulto que te mate
podré ser el matador más audaz,
que la espada se clave en el disfraz
de tu pecho, para que a ritmo late.

Si por el contrario quieres que te ate
seremos la estancia más perspicaz
que en el tiempo se haya visto eficaz
por durar tantos años sin delate.

De una forma u de otra acabaré en ti
pero dime, amor mío, el camino
que has de tomar con todos esos cambios.

También te pido que me digas, si
seré correspondido o si termino
este soneto lejos de tus labios.​

 

Muy, pero muy emotivo poema, placer visitarte.

 

Muchas gracias por sus palabras.
Usted ha comentado hoy en mis dos sonetos y se lo agradezco.
Un saludo