¿Soy tan egoísta como para poner título?

Dame un minuto de tus sueños,
Y yo te daré un siglo de los míos.

Tu corazón suspira nervioso
Con ganas de llorar
Y tu peineta se cayó
Cansada de esperar
Al sigilo del gato
A la gracia del amante
Y a una lágrima por fin dulce.

Ven, acuéstate a mi lado
Contemos las estrellas azules
Los relatos babilónicos
Contados por el Húsar
Porque quiero que pases
Una noche sin llorar
Y ver un suspiro
Que sea de gratitud.



Por el ocaso



Si de verdad, cuando dices que te preocupo,
No alzas mano para mentir
Entonces déjame abrazarte
Hacerte mía haciéndome tuyo
Dejando que la llave se deslice
Que tu espiral se corte,
No me digas que te vas para no volver
Que yo te sigo para no dejarte,

No me pidas un ya no
No me digas que te pierda

Te quedaste entre mi piel
Con cada susurro
Y cada mirada baja

Yo sé que te queda vida,
Yo sé que quieres vivir aún,
No me niegues eso que te queda
Que no te trataré mal
No necesito darte mi palabra
No necesito prometerte
Lo hago
Lo sabes
Estos versos pueden ser tristes
O solo jamás recordados
Estas letras pueden irse
O puedes acaso, verlas
Y abrazarlas.

 

Me ha gustado, sensible escritura en el marco de una bella idea poética. Un abrazo amigo Vekolkof. Paco.