Soy un sobreviviente

Soy un sobreviviente,
mi cuerpo es la prueba de lo que dicen mis labios.
¿Heridas de bala, granadas, armas blancas?
No, de esas no tengo.
Pero que dirías de esas que te desmoralizan,
que te hunden en el fango donde te dejan caer manos conocidas que considerabas amigas,
qué dirías de esas que traen vergüenza a tu vida,
pues creo que esas cuentan.
Fui herido por los juegos de almohadas donde deposité mis sueños, mi corazón y mi vida,
que aprovecharon la autopista que abrí en su honor
para transitarla a su antojo destruyendo mi asfalto.
Heridas de mortero me hicieron las palabras de una rosa,
las acciones de un elefante y la prisión de soledad que estuve forzado a experimentar,
rodeado de muchas personas, pero ninguna de ellas la indicada.
Hoy llego al hospital dónde me ofreces curar y sanar mis heridas,
más no es eso lo que quiero, sino que me hagas olvidarlas.