Soy yo...

Soy yo…

Hola soy yo
el que te amo…

No, no te vayas,
vengo a pedirte perdón…
…por los besos
que no supe darte…
…por las caricias
que no pudieron seducirte…

No, no me dejes,
Aún no… déjame decirte
que aún hoy
te sigo amando,
que aún hoy te
sigo recordando,
que aún hoy
eres la dueña de mis orgasmos.

No, no debes llorar,
pues yo he llorado
por los dos,
me he suicidado
por los dos,
he resucitado
por los dos…

¿ sabes que aún hoy
escucho en el silencio
el eco de tu voz,
de tu risa?

No, no necesito abrazarte…
No, no necesitas besarme…
Guarda tus lágrimas
para alguien mejor,
Para alguien que
aún no se ha ido.
Para alguien que sepa
como hacerte el amor.
Para alguien que sepa
como amarte sin miedos
sin límites.


No, no te preocupes,
conozco el camino
la noche me ha
develado sus secretos,
sé que voy de regreso
al olvido…

 

Me hiciste recordar una canción que amo,
Edgar Oceransky y Edel recita un poco ( la canción se llama
Estoy aquí), por si se te antoja.

"El le pertenece a ella y ella le pertenece al pasado
y las risas y los gritos y los reclamos
esos no pertencen a nadie, esos se los regalo"

Bello tu poema, la melancolía alimenta de tantas maneras...
Y la vez te quita tanto.

Saludos lindo poema...

 

Bastet*: garcias por tus comentarios y saber que fue de tu gusto este poema producto de etílicas cavilaciones, la melancolía es un manto que nos arropa , que nos asfixia lentamente...

besos al vacío