Su amor, mi eterna herida. Soneto.

Le diste suavidad al tacto mío
y mío fue el dolor que me dejaste;
amor, murió el amor que subsanaste
cambiando sanidad por muerte y frío.

Le diste vida y fin a mi extravío
y eterna fue la herida que asestaste;
amor, ahogué el amor que desataste
atándolo a un mortal escalofrío.

Maldita se hace polvo mi osamenta
y el verbo que afloraba tan profundo
se ha vuelto ciego y mudo por tu afrenta.

Maldito tanto páramo infecundo,
maldito por el mal que lo sustenta,
maldito... Lo recorro moribundo.

 

Sigo leyendo encantado.

 

Precioso, preciosísimo, una excelencia esto.

 

precioso soneto. Es muy triste cuando el amor se va, parece que se acaba la vida. Pero la vida sigue y el corazon duele... algún día dejará de doler. Felicidades un placer leerte, saludos asturianos

 

woaw q entrega que delicia es leer tus poemas felicitaciones por eso sigue así besos desde Chile Faby

 

Lindo soneto,saludos

 

Ángel sigo escribiendo también encantado. Gracias amigo, intenso y bien abierto tu comentario. Me ha gustado mucho. Agradecido.

 

Jorge, cuán generoso eres. De corazón te lo agradezco. Saludos.

 

Tuestrellita, muchas gracias por tu comentario. Puxa Asturies!!!

 

Gracias Faby por tan bonitas palabras. Delicia recibirlas. Agradecido y besos también para ti... Desde Mahón, España.

 

Mariposa, muchas gracias. Te saludo con afecto.