Su bienvenida o la apertura de la anarquía

Duerme con horizontes
una pulga hambrienta
un pequeño poeta escrito
la número dos del Pablo Honey.

Duerme también lo no sucedido
como una fruta en la ventana
justo alfiler contra la carne.

Ahora solo abres tus brazos
porque sabemos la fecha del final,
quiero entender que pasa con vacíos momentos
el egoísmo vistiendo de verano a otoño.

Desconectar y enchufar lo intocable
me hace el malo y me hace sentir estupendo.

Colocar ojos dentro de la almohada
regular los sueños para evitar el color.

Hoy derribas la enorme distancia
porque nada vuelve de entre los muertos,
es el mismo asqueroso grito de un suicida
con público cuando baja el telón.

Florecen las enfermedades
cuando se infla un sentimiento
de suspiros en el frio,
admite que lo que ofreces
es lo que debe ser y no funciona
y no importa.

Encuentras rápido lo escondido
porque la memoria te lo reprocharía,
aquí no se necesita una caricia falsa
se da gracias por un insulto sincero.

Surcas los océanos pese al naufragio
porque todas las estrellas están por viajar,
puedo escuchar que no recuperas nunca
lo que jamás ayudaste a crear.

En desenlace la vida es extraña y maniática
perfecta para las ausencias posibles,
el tiempo todo lo hace pagar
y si volviera atrás sería muy fácil.​