Su divina ausencia en el día de hoy

Dame hoy, vientre de la muerte,
un señuelo infante para ser mortal.
Y entre tus vagas cicatrices entraré,
cerciorando de que el aire no me siga,
para ser el miedo más profundo de los seres,
aquel que mora cuando el sol no brilla.

Dame hoy, vientre de Mavorte prieto,
una muerte unánime en la que no haya Adiós.
Seré añagaza, seré yo marfil de tal aciago asueto,
y ojiva blanca en algodón de rosas. Me dio,
me dio la sal una razón tan dulce, y ando absuelto
de las barrabasadas íntimas que me ha puesto dios.

Dame hoy, vientre de sepulcro oxidado,
un beso en el que se estropee el frío, un fulcro
de gemidos sin socorro, un insulto de poema,
como los nombres que se hacen con la inopia abierta.
Soy tu cuerpo, es decir, los sentidos mezclados
en la nada de las gotas de lluvia junto al polvo,
soy yo, es decir…

“¡No, que está pasando con mi voz!,
que entre aquel gollete se dibuja con censura...

...su divina ausencia en el día de hoy”.
​

 

Encantador aquel poema, esa ausencia que de pronto te hace algo vil, pero cuando piensas en que puedes superar la prueba te das cuenta de que ella no está. Saludos amigo

 

Pues si, esa ausencia me envilece el alma, que se siente morir con los demás.
Gracias por estar presente!!!
Un abrazo!!

 

AAhhh!! Aterradora ausencia del ser amado.... Huyy como duele esa ausencia, hasta sentimos asfixiarnos.
Un placer recorrer tus bellos versos.
Un abrazo y mis estrellas desde mi bella tierra.

 

Si Sandrita... y duele mucho más la ausencia de un Dios...
es causa de tus pasos (en este caso de los míos)
un besote linda. te quiero!!!