Su expresión es mi fortuna. Décimas.

Hago por darme certero

al viento que llega frío,

al calor del dios estío

y al agua del aguacero.

Quiero darme por entero

a lo que dicte el camino

haciendo senda y destino

con todos los ingredientes,

una vez forzando dientes

y otras fluyendo divino.


Tengo mi historia asumida

-ya que no va lo contrario-

por ser paso necesario

para seguir con mi vida.

El pasado no es herida

si te dio conocimiento

y si lo aplicas contento

tal instante sana todo

con su prístino acomodo

de veraz entendimiento.


Vivo como si me fuera

el fuego inmortal en ello,

nacimiento y descabello,

sonata, ruido y sordera.

No me acalora la espera

si espero lo deseado,

bien provisto y pertrechado

de cielo azul y esperanza,

y si la dicha me alcanza

me hago presto el encontrado.


No me ataca la afonía

cuando vital me receto

la pócima de un soneto

tomada una vez al día.

Al amor y a la armonía

las macero en la laguna

y a versos de luna, luna,

las empapo en mi universo.

Ellas me quitan reverso…

¡pues como ellas ninguna!


Su expresión es mi fortuna.

 

Y como las aceitunas.
Porque el aceite de oliva virgen, es como la vida misma.
Amor, broma, erotismo, humildad.
Y entonces, Heidi.





Yo soy su abuelo.

 

Jajaja!! Saludos, Nommo.