Su señor condena.

Predigistizado, el movimiento de los reptiles,
uno a la izquierda, mangas de leopardo,
sobre el cuerpo del liquen; uso las palabras
como lienzo, que muerden la parte clara de la cara.

Gótica, o sorpresa, es mi individual
profeta un parto dorado, entre los ojos
de la laguna y la fiesta oriental, para al pasado
más pasado, y su nariz envuelve la copa de vino.

Dulce beso de la antigua profecía,
en el cielo que nutre de espinas la verdadera,
palacio de la tarde en los ojos de los muertos,
vendimia de lo llamado natural, al punto de ser salvado.

Caimán desertico de las olas rupestres, muerte invernal
sudor casi bello por notas musicales, durmiendo
en la zona pélvica del llamado vapor necio
que corre por la rutina de los ojos.

 

Me ha gustado mucho,es original y profundo.Estrlls