Suave y lento.

Será que hay otra luz en estos ojos,
quizás por eso siento diferente.
Hay otra luz bailando en estas notas.

Me siento tan distinto caminando,
consigo untar la carne de mis pies
con la infinita plata de este mar,
en esta inmensa playa solitaria,
lejos del cotidiano y gris subsuelo
donde tienen importancia "cómo" y "cuándo"
y encima se soporta hasta a la gente.
Es lógica, normal esta sonrisa.

Me encuentro acurrucado en el compás incontestable y cruel de tus pestañas,
en la ternura pura, verdadera,
mortal, caliente y viva de tus labios.
Dormito en tus pasiones suburbanas,
catecismo de ovario ingobernable,
cerca del centro invicto de tu pecho,
en esa forma tuya de calmarme,
en tu mundo descanso y me apaciguo,
renazco y peco, busco tu condena,
puedo romperme en éxtasis sublime
una vez, otra y otra y otra más.
Te vistes de tormenta y de descanso
sin ropas que se posen por tu piel.

Puedo enterrar la madrugá traidora
con un café si estás al desayuno,
puedo pararle el corazón al tiempo
más muerto y más perdido si te miro,
puedo hasta echar de más lo que he perdido.
Amor, todo lo puedo si es contigo.