Sucede con frecuencia que se nos pierde un día sin nombrarlo

Sucede con frecuencia

que se nos pierde un día sin nombrarlo

y sin pagar por él se va de casa.


Y al alcanzar la noche, en el desnudo

de teléfonos con números sin alas

de zapatos con huecos en los labios

se le ve tan frágil.


No hay registros que se gocen de llamadas

con la huelga en los espejos,

ni verdades que mantengan en el aire

un globo hinchado,

como parte de nosotros.


El sujeto, uno cualquiera, arranca el calendario

cuando sale por la puerta.

¿Qué hacer entonces?

Olvido tras olvido

la cumbre hace su cuesta y se desarma

rompiendo las cadenas del horario.

Allá se van segundos y minutos,

extraño otoño de papel mojado,

cicatriz reciente y boca seca.


Se puede querer sin estar queriendo

de la misma forma

que se pierde un día sin nombrarlo.



​

 

"Se puede querer sin estar queriendo
de la misma forma
que se pierde un día sin nombrarlo."

Podría ser, estimado Chema... pero creo que cuando no se quiere demasiado.
porque todo aquello que realmente nos importa. Y sobretodo cuando uno lo pierde, sí que se siente
y ha veces hasta en el alma. Bellas letras, estimado compañero.

 

Gracias. Me alegro que te gustarán. Saludos afectuosos.

 

Algo que me fastidía de mí es cuando pierdo un día sin hacer nada, como estar tirada en la cama viendo novelas Coreanas, pero hay veces que tenemos dejar que eos días no lleven nombre ni destino...

Abrazos verdes muy buen poema como siempre,

 

Quizás esos días que creemos perdidos no lo sean tanto. A veces un paréntesis en nuestra actividad es conveniente porque nos sirve para valorar lo que estamos haciendo y cuál es el rumbo que toma nuestra vida y si es preciso rectificar algo.
Abrazos verdes o amarillos, ambos son enormemente valiosos.