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Sucesos

Tema en 'Poesía realista (sin premios)' comenzado por Old Soul, 2 de Septiembre de 2020. Respuestas: 2 | Visitas: 327

  1. Old Soul

    Old Soul Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    2 de Septiembre de 2011
    Mensajes:
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    573
    Ahora,
    que las mascarillas tapan todas las sonrisas,
    ahora, que se come el fuego la vida en el monte,
    que crece la violencia entre los jóvenes,
    que aumenta la muerte en alta mar de inmigrantes,
    que despiden al trabajador, acosándolo,
    el empresario y la economía.
    Ahora,
    que hay nuevas normas sociales de seguridad
    que pocos respetan,
    que hay plantas de hospitales
    donde van con la mascarilla en el codo,
    viejos que entran en la farmacia
    insolentes y sin máscara,
    una fiesta de jóvenes
    todas las noches
    en las sombras
    de toda plaza,
    y un millón,
    no oficial,
    de muertos
    que parece que nadie recuerda.
    Ahora
    yo,
    yo me levanto somnoliento,
    tras despertarme mi nueva compañera,
    con limonada y un café con chocolate.
    Me dice que debería tomarme las pastillas
    que, para que no pierda la cabeza,
    un médico ha considerado aconsejables.
    En ese momento, recuerdo,
    aunque de forma difusa,
    el análisis de cáncer que esperamos de ella,
    desde hace días, y que todavía no llega.
    Tras tomarme esas cosas y besarla,
    me levanto a un nuevo y ruidoso día,
    tal vez ahora la noche sea más sana,
    pues escucho en el pueblo,
    que recién habito,
    mil sonidos y hablas.
    Es como una trinchera
    este nido,
    es como un refugio
    esta pequeña casa,
    que con más de dos siglos sus muros
    han cobijado mil personas,
    que con más de dos siglos sus muros
    han albergado más de cien lactantes.
    Y ahora me refugio yo en ella con ella,
    que me informa lo que le ha dicho
    la empresa con la que ha hablado por teléfono,
    la mutua que se supone que debe pagarle
    pues ha sido despedida del trabajo
    mientras estaba de baja,
    achacándole, además, un robo,
    para no indemnizarla.
    Yo, mientras, recuerdo el escrito
    que le redacté para el abogado,
    y miro la hora,
    calculando cuándo podrían contestarlo.
    También me dice que ha llegado el tipo
    que va a instalar una cocina en la casa,
    que sólo instala una parte porque no le dieron la otra,
    que la conexión de fontanería corre a nuestra cuenta.
    Por lo que me pongo mi negra máscara
    antibacteríana,
    con la que solo se me ven los ojos
    de todo lo que es mi cara,
    y, de casual, sin camisa,
    a la vista mi musculatura,
    doy con él, que no lleva mascarilla,
    y quien se disculpa, y se incomoda
    por mi presencia.
    Yo, aún enfadado porque no lleva mascarilla,
    trato de relajarlo, relajando mi cuerpo,
    pero haga lo que haga
    no puedo evitar mi semblante fiero,
    y el tipo algo se amedrenta
    pese a que me saca más de una cabeza.
    No es la primera vez que me pasa,
    hasta sin máscara,
    soy un tipo de esos que intimidan,
    pero con máscara siempre me pasa.
    Me estoy empezando a acostumbrar
    a hacer de incomodidad, de susto
    o espanto,
    de ser, en toda película, el malo,
    de ser ese a quien no se mira de frente,
    de ser ese a quien sólo se mira
    de lado.
    Mientras montan la cocina,
    mi compañera,
    buena pintora,
    lee uno de mis poemas
    para después juntos hacer un pequeño libro
    con mis letras y los dibujos
    que a ella le inspirasen;
    y así poder regalarlo.
    Poemas que le hice a ella
    la última vez que estuve encerrado
    y no dejó ella de visitarme,
    en un patio, una hora,
    todos los días.
    Con su mascarilla,
    por la que no podía besarla,
    y a la vista de todos,
    por lo que no podía
    como quería tocarla.
    Por lo que, ahora,
    justo precisamente ahora,
    que por las mascarillas no se ven las sonrisas,
    ni han encontrado la cura del puto cáncer,
    ahora,
    que la economía a hecho escoria de los empresarios,
    que se están quemando miles de hectáreas de monte.
    Ahora,
    que hay barcas con cadáveres de inmigrantes,
    que los jóvenes buscan violencia en las calles.
    Ahora.
    Ahora
    aprovecho y la beso,
    aunque,
    ya asfixiada,
    quite la cara
    teatralizando un gesto.
     
    #1
  2. eunice salvaje

    eunice salvaje Invitado

    Fue demasiado bueno leerte, yo los escritos largos aquí rara vez los leo, pero el tuyo me atrapó y me gustó, bueno muy bueno:) Saludos!!!
     
    #2
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  3. Rosmery Pinilla Acosta

    Rosmery Pinilla Acosta Moder.Surreal, Melanc. Imágen Miembro del Equipo Moderadores

    Se incorporó:
    9 de Enero de 2007
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    Género:
    Mujer
    Son unas letras que atrapan a la lectura, es una historia tan presente que contradigo en los tiempos, pero es tan real, la sentí tan íntima que creo que la licencia de contradecir es más que válida.
    Me gustó mucho leerte, un gran saludo para ti.
     
    #3
    A Old Soul le gusta esto.

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