Suculentos besos

Suculentos besos
apaciguan tu ausencia,
adormecen tus caricias fenecidas,
inquietan mis manos curiosas,
¿Pero de qué vale sin ti?

Colosales abrazos calman
la fulminante ansiedad,
el desdén de tus dedos,
la agonía de tus labios.

Encienden mi boca estupefacta de
tu sabor.
Se aniquilan unos a otros,
otros a otros sabores,
se mutilan las lenguas rebosantes
de mustia soledad…

La desnudez de tu piel,
inquieta fruta de lo que se nos es
prohibido en la penumbra.
mi alma se estremece con cada susurro
elevándola al umbral de tu cuerpo cristalino.

 

Esto sí es un poema de verdad, con una adjetivación coherente, unas imágenes claras y recursos poéticos para que su lectura sea un placer. Me parece que, independientemente de los gustos, es el mínimo que se puede pedir. Aunque si reducimos la poesía a un mero acto de comunicación en el que cabe cualquier formato, hay que admitir, entonces, que cualquier texto es poesía. Este sí que lo es.