Suena el teléfono

Tan solo es una voz, ni eso a veces;
el hombro que no viste, en el que lloras,
la mano que te ayuda si te escoras
en mares que son presos de los peces.

Es el don que otorga sin más preces
el tiempo, siempre oro, entre las horas,
quien lancea una pena, sin demoras
si siente que por ella empequeñeces.

Algunas veces voz, otras silencio;
a veces solo el mantra de un beodo,
algunas la ilusión que ahuyenta al cencio.

Es calma, es huracán, es cielo y lodo;
mi último renglón, donde sentencio:
"Tan solo es una voz, a veces todo."
~•~​

 

Muy buen soneto a ese evento tan común que a veces desconcierta. Un gusto leerte.

 

Una preciosidad. Gracias por compartir.

Abrazo

 

Se te agradece tu paso por aquí, y tu apreciación, Luciana.
Siempre al pie del cañón.

Abrazo.

 

Gracias amigo. Lo prometido es deuda.

Un abrazo.

 

Qué placer leerte, Manolo! Este soneto tiene todo, me encantó cómo lo llevaste para decir: "a veces todo". Nunca estamos solos.
Abrazo.

 

Gracias de nuevo, Angel.
Este soneto lleva destinatario, que de seguro, ya le pitaron los oídos por no coger el teléfono, pero es tan güenagente, que se le perdona todo.

Aaaabrazos.

 

Qué importante es la voz, eh, Manolo? Seguramente la voz a la que aludes es la voz del corazón, la que nunca se equivoca porque ahí es donde está la verdad. Sigue confiando en ella, los hombres hemos de cambiar nuestro centro de gravedad desde la mente al corazón, sólo así tendremos la oportunidad de cambiar.
Te felicito por el poema y por la voz del corazón.
Abrazos sin fin

 

Hay voces, muy pocas, en las que se puede confiar y otras, la mayoría, que son solo ruido, debería ser al revés, pero así son las cosas.
Y eso que son solo voces, imagínate esos ruidos con los propietarios detrás...apaga y vámonos.

Abrazote del güeno.