sueños

Los sueños son como pompas
Infladas en ilusión
Y lo real los revienta
Rompiendo hasta el corazón

¿Es mi alma tan inquieta
Que de mentiras y engaños
de sueños y desengaños
se ha perdido con los años
y vuela como un cometa?
¿Como es que se conforma
En los sueños de la nada
Inventando en ilusiones
Las engañosas razones
Con una ciega mirada?
mis sueños son como pompas
Van infladas de ilusión
Y lo real las revienta
En trozos de sinrazón
Fragmentando el corazón…
Y en un instante crucial
Apagando el ideal
se entierran los imposibles
Como duelo y funeral
¿Como es que se conforma
Con pedazos en la nada
Y se inventa en ilusiones
Sus embusteras razones
Para volar engañada?
¿Por que al volar siempre escapa
De sustancia y realidad
Por que inventa y sola atrapa
Mentiras en la verdad?

 

Es así. Soñamos, soñamos y nos pasamos la vida soñando, hasta que llega la realidad y nos abre los ojos de una patada en la cara.

Este es un poema de los que me implican, porque me veo reflejado en sus versos.

Saludos, Geraldine.

 

Sé que mis comentario te va a parecer el de el abuelo cebolleta, pero por años no me alejo mucho de él. Así que te diré que llega un momento en la vida en el que, una echa la vista atrás y se da cuenta que ha perdido demasiado tiempo persiguiendo imposibles y sintiéndose desgraciada, por no alcanzarlos, y....después se llega a la conclusión de que, a veces, bajar un poquito el listón nos puede hacer mucho más felices.

Un besazo. Ha sido un placer leer tu bello poema.

 

Los sueños son tan bellos como fragiles, hay que tenerlo en cuenta. Hay que cuidarlos, sin inflarlos demasiado porque pueden llegar a estallar...
Me encanto tu poesía. Un abrazo!

 

Gracias Ernesto, veo que tenemos en común soñar, como cita Calderón, puede ser la vida un sueño, el vivir idealista, nuestro espacio inventado. gracias por leerlo. un abrazo. geraldine

 

Gracias Ana por leer mi escrito, pero mas que nada por tu buen mensaje, estoy totalmente de acuerdo, la vida nos abre los ojos, y el ideal se cae como una gran escultura de barro, arrastrado por una gran tormenta, la del alma. pero llega la luz, y la claridad te hace ver los nuevos amaneceres. un gran abrazo. geraldine

 

saludos cariñosos Helen, toda la razon, fragiles y bellos, pero sueños al fin, gracias por leerme