Suicidio

Anhelo desde tiempo
un divorcio entre tu y yo...
querida vida. Negros sentimientos
encarcelaron a mi inocente corazón


Hace décadas de ininterrumpidos
silencios, de un milenio de soledad
a mi vera, se acuestan y despiertan. Ambos ,
decretados por ti ¡ querida vida !


Ya no quiero saber nada de ti.
Yo desde siempre te alabe...
contemple tu alba, desde el recóndito frenesí
que puebla en mi, por conocerte


Y ahora me pagas con dolor
soledad, desiertos y desamor.
¡ No es justo ! te anuncio mi irrevocable divorcio...
Dónde, no hará falta demanda para tal acuerdo.


Tu, mi cárcel... yo tu recluso.
Tu... soberana de mi desgracia
yo... subdito de tu abuso
reivindico una merecida celemencia


¡ Ya no me quedan fuerzas para odiarte !
Tranquila, pronto te declarare un avieso odio.
Me zafare de ti, no lo dudes...
cuándo le aseste a mi ser ¡las apuñaladas del suicidio !


​

 

TEs una idea más que pensada, no serás el
primero en escribirlo o el último; la vida es
así, con sus inciertos y sus aciertos, la vida
es vida, y hay que vivirla que la mayoría de cosas
tienen varias vías.
Un gusto tu poema, en alguna ocación me interesó
escribirle a la muerte. Saludos.

 

Siento tu tristeza la cual he vivido muchas veces en mi vida, aunque hace tiempo descubrí que por lo menos yo no me atrevería al suicidio. Grato pasar por acá.

 

Suele ocurrir que en momentos prósperos dejas atrás la idea del suicidio, o más bien ella te deja a ti. Mientras tanto pides clemencia para que ese momento llegue, y aveces agradeces tener la opción. Pero todo pasa. Un gusto.

saludos.

 

Me cautivan muchísimo vuestras perspectivas acerca de la vida, aunque yo la verdad sea partidario de un pesimismo del cual anhelo deshecar de mis expectativas. Saludos y gracias por pasar por aquí