Supongo

Acomodo los pasos y cualquier viento los desordena,
pero eso no es lo que me preocupa:
sé que tarde o temprano he de llegar.
Le he disparado al cartero, pero no estoy conforme.
Mi Cadáver aún no se ha comunicado conmigo.
Hace medio año que Laura me dejó
y medio año hace que dejé a Laura.
Y mi Cadáver aún no me ha escrito. Es muy raro.
Entiendo que nuestra estrecha relación se enfriara:
dejé de prestarle atención suficiente,
me olvidé de los detalles que le tenía,
agradecerle por todo lo que me dada.
Di por hecho que él sabía lo que estaba pasando,
a veces ha sido así: me voy por un tiempo
detrás de los ojos alguna leve muchacha
si considero que la situación así lo amerita;
pero más tardo en irme que en regresar a su lado
para reírnos juntos de estas tonterías.
Supongo que esta vez tardé demasiado.
Mi Cadáver gustaba de dictarme cosas ridículas
y yo gustaba bastante de escribirlas.
Han sido horas y años de burlarnos uno del otro:
me reía de su desesperación por tenerme
y él se reía mejor porque sabe que le pertenezco.
Supongo que esta vez tardé demasiado.
Afuera el clima era espléndido, había tanto sol en esa mirada,
que olvidé regresar a los libros,
a las paredes de espejo, a las cortinas de la pantalla.
Ni siquiera me di cuenta cuando mi Cadáver se marchó.
Se acerca el verano, la temporada de lluvias,
y él sigue sin aparecer. Nadie me trae noticias sobre su paradero.
Estoy triste, desde luego, pero es diferente
a esa tristeza que de pronto compartía con él:
no era una tristeza de algo, sino de nada o de todo.
Ha pasado por mi mente la idea de escribirle al Pasado,
pero lo nuestro tampoco terminó muy bien.
Estoy peleado con medio pueblo fantasma.
El Olvido de plano me eliminó de sus contactos.
Me queda Laura y esa mierda de seguir siendo amigos,
pero tanto la conozco que sé lo que me diría:
Eso que vivimos fue real y ahí no siempre se puede tener el control.
Duele porque está sanando. Se llama vida
y esa es a la que todos al final nos aferramos.
Eso diría ella, Laura, y el Cadáver se reiría de lo lindo.
Creo que yo no.
Quizás esta vez le daría la razón a Laura.
Son los pasos que el viento desordena,
los caminos que cambian…
Es mentira: no la conozco, no la comprendo,
pero supongo que Laura tendría razón, como siempre.
Quizás por eso estoy pensando en que si el Cadáver vuelve para la cena,
ya no sabría qué decirle.
Supongo que él también lo sabe y por eso me evita,
aunque seamos inevitables.

Nota:
Hay huevos revueltos y cerveza en el refrigerador,
sírvete si regresas antes que yo.
Fui a buscar a Mario, el cartero, para ofrecerle una disculpa.

11 de junio de 2020​

 

Ahí está parte de la sanidad completa del alma. pero a veces pienso y debo dejar de hacerlo, ¿en realidad se olvida? es dificíl olvidar, es difícil sacar todo de un sope...un día platicando mis rollos me dijo un gran amigo me dijo, ¿te das cuenta que sé más de él que de ti? no me había dado cuenta que hablaba tanto de él. Que raro y mira sigo aquí haciendolo en tu MARAVILLOSO poema, espero que Mario te perdone...

AMADO guapote poeta de mi tierra me alimenta de tu poesía, siempre un lujo leerte,

Besos tutti frutti,

 

@Martín Vera . Mi Admirado Poeta y Querido AmigoP, ni cadáver dejas de pelear, hasta conmigo discutes. Caray! y luego esa frugalidad en la cena, yo tampoco regresaba, ahí te paso a dejar y me voy por algo más sustancioso. Hahaha un cadáver pidiendo disculpas al otro cadáver. O sea que cuando te pones mal matas. Esto que haces me está gustando, no tengo idea de como se le llama -curaLo , tal vez pero me gusta esa forma de dialogo, contigo, limar asperezas con el Pasado, con el Olvido de plano eliminación. Hay tanto de humor en la tristeza. Alguien ya lo había detectado. Disfruté la lectura e imaginar todo ese escenario tan dispuesto y revelador. Muchas Gracias por compartir tu arte. Te saludo afectuosamente y te deseo hermosos días copados de Armonía, Salud y aún más, mucha más Poesía ☘

 

También el muy zonzo de Mario se lo ganó: toco mi puerta y preguntó si conocía la dirección de un tal Pablo Neruda, que tenía que entregarle urgentemente unas cartas. Eso fue lo que le entendí, porque me lo dijo en italiano. Trate de hacerle entender que alguien le había gastado una broma pesada, que el camarada Pablo se había/lo habían muerto hace muchos años. Luego le pregunté en élfico que si de casualidad tendría una carta para mí de mi doppelgänger, pero él me miró como si viera a un poseído y casi se persigna. No sé que me dijo, pero me sonó a maldición. Yo sí que le recordé a su santa patrona hasta en purépecha, y ¡zaz! que le disparo. El chorro de agua de la pistola lo mojó lo suficiente como para que pusiera pies en polvorosa...

Lupita, sigue tu convalecencia al pie de la letra, hazle caso a los que saben, y te me cuidas mucho, por favor. Gracias por leer este tratado de bilis negra, por comentarlo y por dejar un trozo de tu brillante y hermosa estrella.

Te abrazo con todo cariño.

 

Jamás de los jamases discuto contigo, eh. Soy pragmático, y cuando sé que no voy a ganar en una batalla, tiro mi rey, ja, ja. Ni yo me creo, soy más terco que una mula.

Grace, poeta amiga, muchas gracias por acompañarme en estos recorridos, en estos diálogos, en esta búsqueda de voces. Es un camino necesariamente solitario, pero saber que estás ahí -la persona detrás de la idea de la persona- es como tener un río cerca, un árbol, un amigo, un igual. Eres muy amable en seguirme la corriente y aún más en darme cuerda. Lo aprecio como no tienes idea.

Te saludo cálida y respetuosamente.

 

@Martín Vera . Mi Admirado Poeta y Querido Amigo, recuerda, soy árbol, soy río, soy amiga, igual y lectora. Disfruto tu arte, invariablemente como sea que se manifieste. Y hace rato olvidé dejarte esto por las prisas: www.youtube.com/watch?v=eYhMpvfaXKw

 

Martín tenemos tanto que decirnos!! En esas soledades tan solitarias, nos sentamos con
todos los que nos quieran escuchar y con ellos pactamos treguas, negociamos sentimientos,
hasta nos llovemos por las esquinas, pero seguimos huyendo de esa realidad que se llama
vida y que al final es la que nos sostiene. Laura tiene razón, no podemos tener el control
de todo, o no podemos tener el control de nada diría yo. Ojalá Mario te perdone, eso te
haría sentir mucho mejor. Besitos apretados en tus mejillas.

 

Anita, muchas gracias por lo nutrido y hermoso de su comentario. Se nota la calidad de persona que eres y la empatía que te mueve por el sentir de los demás. Te abrazo con mucho respeto y cariño.

 

Un recorrido que desnuda todo sentir querido amigo... muy bello y emotivo...
Un gusto leerte siempre...cuídate mucho!!
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

Supongo que cuando sabes en qué puerto anclaras inexorablemente, comienzas a disfrutar/ vivir el viaje.
¡A por Mario! Tal vez te disculpe, o no... Pero las novedades han de llegar, sin duda.
Un gusto enorme pasear por tus genialidades.
Abrazo afectuoso y de admiración.

 

Querida Rosmery, estoy seguro que tú también tienes largas conversaciones contigo misma, con tus manifestaciones. Aquí me tocó hablar con esa parte de mí un tanto nihilista, la que duda del sentido o la utilidad de todo, y le he dado un leve golpe -con mano ajena- aunque sé que es algo ya muy mío.
Te agradezco mucho que ilumines este espacio con tu presencia. Te mando un fuerte y respetuoso abrazo, deseando que tengas un fin de semana fabuloso.

 

Gracias, querida poeta y carísima amiga Nancy, por pasar y dejar tu rastro cósmico en esta líneas.
También sigue cuidando de ti y de tus cercanos.
Te abrazo con mucho afecto.

Pedro.

 

Tienes toda la razón, querida Medusa. Se la pasa uno buscando sentidos a los sinsentidos que es ya como estar anticipado a su cadáver. Y pues no: sea con sentido o sin sentido, la vida pasa. Hay que tratar de vivirla de la mejor manera posible.
No creo que me perdone el cartero. De todos modos tengo la escopeta detrás de la puerta por si se le antoja traerme malas noticias.
Te mando un gran abrazo, amistoso y cálido.