Sus razones

Hey, me dice que me odia
que convivir es un martirio,
que lo agobio sin razón cuando cerca de él estoy.
Que siempre me había lucido
llamar la atención había querido,
que no me soporta nada ni aunque sea en el café.

Que lo miro desafiante
y mi pose es punzante
que no poseo virtudes, si no malos defectos.
Que mi sonrisa es malevola
mis palabras virulenta
que mi voz es la trompeta de la misma discordia.

Y yo, te digo, lee mis labios:

Te digo ahora, que tu no me imporas
ahora lo compruebas con tu fracaso,
te digo ahora, que tu no me importas
porque no te hago ni el menor caso.
Te digo ahora, que tu andas detrás de mi
siguiendome los pasos como un perrazo
te digo ahora, que tu andas detrás de mi
un perrito faldero, entero arrastrado.

Que soy como la alquimia
peligrosa y artista
con una mente perversa llena de ideas,
que quemo como el sol en pleno invierno
y no aguantas ni un metro
encarándome tu horrenda justicia.

Y yo, que tanto me decías
que debía callarme ante tu juridicción.
Y tu, mirándome de arriba para abajo
me das descaradamente una calificación...
¿Te doy solo un dos?

 

Hola!
BIENVENIDA!!!!
Un poema intenso con sentimiento y ese final que le da es perfecto un gusto estar aqui , estrellas.