Tan insignificantes

Tiene el cielo ahora escudo,
Transparente como una lágrima,
Que espanta apretando el aire,
Que se anuda en su garganta.


Tienen las calles ahora el mundo,
Un silencio que te atrapa,
Dos murmullos que hacen eco,
En la pared que nos separa.


El tiempo sin quererlo se detuvo,
Entre las murallas de tu casa,
El reloj avanza y pierdes el rumbo,
De aquello que pasa por tu ventana.


Tanto que decir en un minuto,
Sentir que marcan las palmas,
Cuando cae la noche y el gentío se crece,
Tras valientes que salen y dan las gracias.


Ay tan pequeño y diminuto,
Cuánto te hacía ya falta,
Darte cuenta que sin ti el mundo,
Sigue girando con las mismas ganas.

 

Honda y sensible reflexión que emociona en estos días amiga...gracias por compartir...
Un gusto leerte...espero te encuentres bien de salud tú y tu familia...
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

La Humanidad podría no haber existido.
Es decir que hay ramificaciones de la Realidad.
El Universo que cuaja, es el que experimentamos.
Y se van sumando esfuerzos, en la toma de decisiones conjunta.
De tal modo es así, que parece una orquesta repleta de sonidos y colores.
Fruto de la casualidad, podríamos afirmar, alguna especie en concreto, ha de avanzar más velozmente.
Mas no olvidemos que ante Eón ( que es el Absoluto ), todos son importantes.
De hecho, el reino vegetal, es el favorito, para la Madre Naturaleza.
Y en cuanto a Eón, es capaz de experimentar muchos placeres, y muchos dolores, al mismo tiempo.
Y sabe permanecer al margen, de las vidas de sus pequeños hijos.
Pues entiende que el Libre Albedrío está, para ser respetado.