Tan vivo.

Estoy perdido.
Rodeado de rostros desconocidos.
Buscando algo y solo encuentro desolación.
Mi alma en pena,
sin rostro, desconcertado.
Pidiendo a gritos encontrarse.
Escarbando hacia la superficie,
ve un tunel allí a lo lejos una pequeña fisura.
Uñas desgarradas, dedos acalambrados, carne viva sintiendo el ardor de las tinieblas.
De a poco tan lento,
solo un paso más.
Llegando a la otra dimensión.
Tan vivo,
tan valiente.
El dolor se desglosa de mi cuerpo.
Llegue a la superficie.
Y mi cuerpo descansa dulcemente acostado otra véz.
El amor volvió a mí.
Abrazando a lo maravilloso de tener paz en esta vida.

 

Después de esa triste desolación nace el amor nuevamente para llenarte de ilusiones nuevas. Me gusta como lo dices en este bello poema. Saludos cordiales.