Tantas como sea necesarías...

Somos malvados en algún recuerdo que calla,
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Quiero decirte que algo se apaga,
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que me ilumina la dorada sardina bajo estas llamas,
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que, aunque todo muera yo estoy aquí.
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La Tierra oxidada ya nos habrá olvidado,
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callados y ordenados sin quejidos después de lo vivido,
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nada, nada, pero nada, de verdad que no habrá nada después de la muerte,
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estas palabras son las que me encuentro en mi corazón de viento, difícil compás,
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leo, rio, camino, conozco, pregunto, arrebato, miro, callo, pienso, olvido, busco,
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vivió. No miro hacia atrás.
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Siendo un camello el eterno retorno miro en mi interior y me agito y vomité un león
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que anuqué enfurecido no sabía qué hacer y rebuscando en la cajonera de mi pecho
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me encontré cruzando el abismo entre lo que era y el que soy
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y como un niño di mis primeros pasos al otro lado del abismo,
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pensé que ya no necesitaba la idea de Platón del alma inmortal.
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Todo se apaga, aunque busquemos amor todo muere y creedme que en realidad no importa que todo se olvide no significa que no se haya vivido. ​

 

Fue vivido, sí.
Fue gozado.
Pero también, sufrido.
Luego por tanto, soñado.
Vive, sueña, goza, sufre. El mandamiento universal.