Tatuaje

Un sonido de tacones inesperados
revistieron el aire de un aroma
gris, húmedo y desafinado,
desgarrando fosas nasales como
uñas de gato loco por un sorbo de aguarrás.

La huérfana pulsera de oro reclamaba rellenar
su espacio vacío al cante jondo,
acertado reflejo dorado en las huesudas manos
del amo de los cambios del aire.

Mientras, el polvo del desierto tatuaba las líneas
de los ojos con una lágrima siempre apoyada
en el extremo noroccidental, según se mira
desde la boca del estómago.

 

Extrañaba el sonido de tus pasos estimada poeta, mis ojos alertan a los sentidos cuando te leo, esta vez quiza un algo de misteriosa melancolía...un abrazo y estrellas!

 

Pues aquí me tienes, estimada sirena, como siempre encantada de leer un comentario tuyo.
Besos, corazón.

 

La visibilidad de tus metáforas me deja pasmado, y no solo de las metáforas. Qué me dices de esos 'tacones inesperados' (raro encarecimiento, en el que percibimos la lejanía, pero también cómo se nos van acercando) y qué me dices de esas perífrasis tipo 'el amo de los cambios del aire' que me barroquizan las pestañas y me dejan sin aliento. Susi, tú has nacido para esto, evidentemente. Luis

 

Un comentario así de D. Luis Rubio, poeta, le levanta la moral a cualquiera.
Agradecida, sin más, me despido hasta la próxima.
Besos, amigo.

 

Susi que hermoso, oye no te me descuides y préstame tu pluma jajajajajjaja, que maestría tienes para jugar tanto con las frases como con la imágenes, es de un buen poeta. Besos con todo mi cariño.

 

De acuerdo con Don Luis, Susi. Felicidades.
Un beso desde mi mar.

 

Yaneth, gracias por tu cariño, amiga.
Besazos.

 

Pedro, un verdadero placer tus visitas. Saludos.

 

Tu poesia siempre me lleva de un lado a otro,
es rebelde, y te convierte en una grieta prolifica de la roca.
Muy buenas ideas y alimento.
Es como un ajedrez para el subconsciente.

 

Gracias, Quinto. Y siempre a tus surrealistas pies. Un saludo.

 

Pobre minino borracho de aguarras. Pobre pulsera sin mano huesuda amante del cante jondo que la rellene. Mirado desde los ojos del propietario de la boca del estómago, el extremo noroccidental sería el más próximo al corazón....¡¡¡ahí mes has dao!!!.
¡Tu Tano te camela, Beluñí!.

 

Sí, se puso como loco el pobre minino. Pero desde entonces le tengo que dar un buchito diario de ese químico elemento... creo que se ha hecho adicto a él. Lo de la pulsera es menos problemático, la verdad... ¡con no hacerle caso...!
Y además entiendes de geografía... estás en todo, gitano. Besazos.